Gerty Theresa Radnitz Cori (1896-1957) nació en el seno de
una familia judía en Praga y emigró a los EEUU por la persecución religiosa
contra los judíos. Nació pues en un ambiente profundamente religioso. Y más
adelante se convirtió al catolicismo. Fue la tercera mujer en el mundo y
primera en Estados Unidos en ganar un Premio Nobel en Ciencias y la primera
mujer a nivel mundial en ser galardonada con el Premio Nobel de Fisiología o
Medicina, en 1947, por sus descubrimientos en el curso de la conversión
catalítica del glucógeno.
Gerty Cori recomendó que le diesen el Premio Nobel en
fisiología o Medicina a Severo Ochoa, que dijo de ella tras su fallecimiento
por dolorosa y larga enfermedad: “Gerty, para todos nosotros, fue un ser humano
de una gran profundidad espiritual. Modesta, amable, generosa y cariñosa a un
grado superlativo y una amante de la naturaleza y el arte”. Dos meses más
tarde, en un homenaje póstumo realizado en la Universidad de Washington,
Bernardo Houssay, el fisiólogo argentino que compartió el Nobel con los Cori,
miembro de la Academia Pontificia de Ciencias, expresó en un discurso: “La vida
de Gerty Cori fue un noble ejemplo de dedicación a un ideal, el avance de la
ciencia y para el beneficio de la humanidad. La encantadora personalidad de
Gerty Cori, tan rica en cualidades humanas, se ganó la amistad y la admiración
de todos los que tuvieron el privilegio de conocerla. [...] Su nombre está
grabado para siempre en los anales de la ciencia y su recuerdo será apreciado
por sus muchos amigos mientras estemos vivos”.
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