ATRACCIÓN. El primer paso en la relación de pareja es la atracción: Leemos en una novela: “La misma tarde en que llegué a la isla, en el momento en el que Dawsey me tendió las manos al final de la rampa del barco, sentí una inexplicable atracción”, comentaba Juliet a una amiga.
“En la elección del futuro cónyuge, es importante, considerar
el valor físico que tiene, su belleza exterior y también saber descubrir su
belleza interior. No olvidemos que el ser humano es persona, por lo tanto, con
su interioridad.”
Afectividad es querer y ser querido. Es una experiencia
universal. Ovidio dijo que “si quieres ser amado, se amable”.
En el fondo, todo se reduce a tener un corazón grande. Como
escribe Hildebrand en su libro El corazón: “Tener el corazón capaz de amar, un
corazón que puede conocer la ansiedad y el sufrimiento, que puede afligirse y
conmoverse, es la característica más específica de la naturaleza humana. El
corazón es la esfera más tierna, más interior, más secreta de la persona.
Cuánto más grande y profunda sea la capacidad afectiva del hombre, mejor”. Los sentimientos y la afectividad educan el
corazón.
¿Qué expresa un corazón grande?: sonrisas, agrado, cariño,
entrega…
La afectividad llega a ser el verdadero motor de nuestro
comportamiento. Está condicionada por la capacidad de entrega, de generosidad,
de agradabilidad, de paciencia, de sinceridad y de lealtad a otra persona.
“El deseo pertenece a la esencia del amor que nace entre el
hombre y la mujer. La razón es que el hombre es un ser limitado, que no puede
bastarse a sí mismo y, en consecuencia, tiene necesidad, en el sentido más
objetivo, de otros seres”. “El hombre tiene necesidad de la mujer y viceversa.
Esta necesidad objetiva se manifiesta a través del impulso sexual, a partir del
cual surge el amor entre ellos. Es un amor de concupiscencia, porque resulta de
una necesidad y tiende a encontrar el bien que le falta. El amor de
concupiscencia es un deseo para mí: te quiero porque eres un bien para mí. Pero
es un deseo de persona”. Quiero a fulanita y quiero a su persona. ”No es un
deseo sexual aunque este permanece en la sombra de aquel deseo” . “No solo un
cuerpo tiene necesidad de otro cuerpo, sino, sobre todo, un ser humano de otro
ser humano.”
Karol Wojtyla. Los jóvenes y el amor. Preparación al
matrimonio.