jueves, 27 de agosto de 2020

LOS JÓVENES Y EL AMOR (I)

ATRACCIÓN. El primer paso en la relación de pareja es la atracción: Leemos en una novela: “La misma tarde en que llegué a la isla, en el momento en el que Dawsey me tendió las manos al final de la rampa del barco, sentí una inexplicable atracción”, comentaba Juliet a una amiga.

“En la elección del futuro cónyuge, es importante, considerar el valor físico que tiene, su belleza exterior y también saber descubrir su belleza interior. No olvidemos que el ser humano es persona, por lo tanto, con su interioridad.” 

Afectividad es querer y ser querido. Es una experiencia universal. Ovidio dijo que “si quieres ser amado, se amable”.

En el fondo, todo se reduce a tener un corazón grande. Como escribe Hildebrand en su libro El corazón: “Tener el corazón capaz de amar, un corazón que puede conocer la ansiedad y el sufrimiento, que puede afligirse y conmoverse, es la característica más específica de la naturaleza humana. El corazón es la esfera más tierna, más interior, más secreta de la persona. Cuánto más grande y profunda sea la capacidad afectiva del hombre, mejor”.  Los sentimientos y la afectividad educan el corazón.

¿Qué expresa un corazón grande?: sonrisas, agrado, cariño, entrega…

La afectividad llega a ser el verdadero motor de nuestro comportamiento. Está condicionada por la capacidad de entrega, de generosidad, de agradabilidad, de paciencia, de sinceridad y de lealtad a otra persona.

“El deseo pertenece a la esencia del amor que nace entre el hombre y la mujer. La razón es que el hombre es un ser limitado, que no puede bastarse a sí mismo y, en consecuencia, tiene necesidad, en el sentido más objetivo, de otros seres”. “El hombre tiene necesidad de la mujer y viceversa. Esta necesidad objetiva se manifiesta a través del impulso sexual, a partir del cual surge el amor entre ellos. Es un amor de concupiscencia, porque resulta de una necesidad y tiende a encontrar el bien que le falta. El amor de concupiscencia es un deseo para mí: te quiero porque eres un bien para mí. Pero es un deseo de persona”. Quiero a fulanita y quiero a su persona. ”No es un deseo sexual aunque este permanece en la sombra de aquel deseo” . “No solo un cuerpo tiene necesidad de otro cuerpo, sino, sobre todo, un ser humano de otro ser humano.”  

Karol Wojtyla. Los jóvenes y el amor. Preparación al matrimonio.