Somos persona desde el momento de nuestra concepción y
nacimiento, que se constituye por una relación interpersonal con otros, cuya
primera comunidad es la familia.
La atención a la familia es pues, una tarea fundamental de
toda persona. También los hijos deben ser partícipes de esta misión, con
actividades y comportamientos adecuados a la edad de cada uno.
Sin embargo, son el padre y la madre, los agentes esenciales
de lograr una relación amable, sana y constructiva entre todos los miembros,
con un proyecto ilusionador, inteligente, cercano y posible.
Son también los padres los creadores, con la colaboración de
las instituciones educativas, de hijos libres, maduros, estables con carácter
fuerte y firme. En ello nos va la estabilidad y mantenimiento de una sociedad
sana y lo más perfecta que sea posible según cada época y tiempo.