lunes, 28 de diciembre de 2020

LA SOCIEDAD DORMIDA

La ciudad no aparecía en la cima de una sierra o montaña. Tampoco se encontraba en el desierto ni en parajes faltos de humedad. Por el contrario, era fácil encontrarla en valles productivos y ricos. También en la costa, en las grandes llanuras de países con un clima templado y agradable. Era una ciudad próspera en todo lo material, pero, dormida en los valores esenciales de la persona. Sus habitantes dormían profundamente. Y como no tenía campanas que sonasen, nadie despertaba a nadie.

Así que, lo que se apreciaba en todos sus rincones, calles, plazas y edificios, era una notable dejadez. Un angustioso abandono de la educación, la cortesía, la amabilidad y la mansedumbre. Era una ciudad de gritos.

Sin embargo, todos los que dormían conocían perfectamente la solución, el arreglo de la pobre ciudad. Era algo sencillo, como que cada durmiente amase su profesión y a ella se entregase con alma, vida y corazón. Que también amase, ser un pequeño grano de arena de un mundo mejor que entre todos podían construir. Un mundo en el que imperase la libertad, la responsabilidad y respeto por la libertad de los demás. Cada durmiente no flaquearía ante la chapuza, la corrupción y la deshonestidad: ¡No! Él sería, junto a cada vecino aún dormido, una voz, como la del Ingenioso Hidalgo, que quiere justicia, quiere el bien… quiere, que todo hombre y toda mujer, sea modelo de dignidad de su raza, de su nación, de sus convicciones. Cada uno se ennoblecería con una contagiosa ocupación: servir a los demás.  Ellos, solamente ellos, despiertos, audaces y nobles, podían hacer de aquella sociedad, un lugar de encuentro, de franqueza, de generosidad y señorío, porque habían sido capaces de estar vivos, despiertos y ser mejores.

lunes, 21 de diciembre de 2020

NAVIDAD 2020


 

¡Feliz Navidad!  Y el Ángel dijo a los pastores: “Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.

Hoy. Sí, hoy también nace el Salvador. Porque cada vez que somos capaces de batir el egoísmo, cada vez que realizamos un acto de generosidad y de servicio a los demás, nace el Salvador en nuestro corazón.

Hoy, vuelve a ser otra vez Navidad. 

jueves, 17 de diciembre de 2020

EL CRISTIANISMO LÍQUIDO

Zygmunt Bauman considerado como el mejor sociólogo del siglo XX, es el creador de una corriente de pensamiento que llama la sociedad líquida, el amor líquido, la educación líquida…  Quiere expresar con esos términos que adaptamos nuestras formas y modales, nuestro amor y nuestra educación al recipiente que deseamos, como igualmente se hace con los líquidos: agua, aceite, vino… En el fondo, lo que se hace es preparar para aquellas convicciones una vasija en la que prime nuestro interés, nuestro capricho, nuestra ganancia o éxito.

También hay un cristianismo líquido. Es el fruto de adaptar la vida cristiana a un interés o conveniencia personal, es decir, a un continente en el que no hay compromiso ni vínculos estables.  

Caso del cristianismo líquido es el del joven, también puede ser del adulto, que rompe con Dios porque estima que ha llegado a la madurez. Y por eso, desaparece en su vida la misa dominical, la frecuencia de sacramentos, la vida de oración, la caridad y algunas otras virtudes o convicciones en las que fue educado.

Sin embargo, no es cierto que esto sea consecuencia de su madurez. No! más bien es fruto de la ignorancia. Es el mismo recorrido que se observa en el amor líquido: se rompe el matrimonio, no por madurez, sino por el capricho ante una nueva aventura o por la ignorancia de no haber conocido que el amor es sacrificio, y por eso, se acepta y acoge a la persona amada aunque haya que vivir con algunas costumbres que no conocíamos de él o de ella, porque no profundizamos en su conocimiento, cuando la tarea (noviazgo) era justamente ese su cometido fundamental.

El amor líquido, la educación líquida, el cristianismo líquido es muy parecido, prácticamente casi igual, que el vino con el que no se observó el principio ordenador que debe existir entre alcohol, agua y tanino. Una copa de buen vino contiene agua, alcohol y tanino. Pero es vino gracias a un principio ordenador. Si este principio se altera, por ejemplo, poniendo un poco más de agua, eso ya no es vino, es otra cosa. Lo mismo ocurre con el cristianismo líquido. Ya no es cristianismo, porque haciendo lo que yo quiero, lo que más cómodamente me viene bien, pierdo la esencia de la vida cristiana que justamente consiste en el seguimiento a Jesucristo y a su Palabra. Ya que Él es el camino, la verdad y la vida.

Ahora llegamos a la Navidad. Y podemos hacer dos cosas: mundanizarla con regalos y fiestas o cristianizarla dándole a nuestra vida un único sentido: la búsqueda de la plenitud del amor. Sin olvidar lo ya dicho: el amor es sacrificio y vida en la verdad. 





jueves, 10 de diciembre de 2020

DEMOCRACIA Y HONESTIDAD


 En aquel fin de semana cayó un artículo periodístico en sus manos, o fue la conversación con un amigo, o tal vez, la lectura de un libro, lo que le proporcionó la reflexión sobre la democracia, percibiendo con claridad que es el sistema político más de acuerdo con la dignidad humana. Y se convirtió en su gran valedor y defensor.

Sin embargo, no tardó en captar que dentro de ella misma surgían comportamientos poco honestos, junto a otros de gran honestidad. Otra vez el bien y el mal volvían a aparecer.

Un líder de aquellos comportamientos honestos le decía: no toleres la corrupción, ni la alianza con el que no tenga convicciones nobles, ni con aquel que para promulgar una ley se una con el terrorismo o con los amigos del fraude institucional. Aquel sujeto le animaba, le gritaba, le impulsaba a defender la verdad y a denunciar todo tapujo deshonesto. Porque en aquel estado, la democracia estaba envuelta en una enorme red de mentiras y de manipulaciones. En una considerable falta de libertad.

En tales circunstancias, él se interrogaba sobre la validez de la defensa de la democracia que sinceramente propugnaba. Y recordaba a Marco Tulio Cicerón, a Séneca y a las consideraciones que D. Quijote le hacía a Sancho. Esta reflexión le confirmó en sus convicciones democráticas y desde entonces, su palabra fue el ariete permanente contra la frivolidad y la superficialidad. Palabra que no desfallecía y que descubría, como también puedes hacer tú, los manejos fraudalentos y la falta de honestidad que por encima de todo debe desaparecer de la imagen perfecta de todo hombre público.

viernes, 4 de diciembre de 2020

CARTA DE D. QUIJOTE A SANCHO


 

Puede interesar volver a leer la carta que D. Quijote escribe a Sancho gobernador de la Insula Barataria, con las consideraciones que le aporta el ingenioso hidalgo:

Cuando esperaba, Sancho amigo, oír noticias de tus descuidos e impertinencias, no oigo más que hablar de tus discreciones, de lo que doy gracias al cielo, que vuelve sabios a los tontos. Me dicen que te comportas con gran humildad, pero yo quiero que vistas bien, con el hábito que tu autoridad requiere, y que vayas limpio y bien compuesto. Y recuerda que para ganarte la voluntad de tu pueblo te conviene sobre todo hacer dos cosas: ser bien criado con todos y procurar que no falten los alimentos, porque no hay cosa que más fatigue el corazón de los pobres que el hambre y la carestía.

“No hagas muchos decretos, pero procura que se cumplan los pocos que dictes. Sé padre de las virtudes y padrastro de los vicios. No seas siempre riguroso, ni siempre blando, y escoge el medio entre esos dos extremos. Visita las cárceles para consolar a los presos, y los mercados para que los que venden no engañen a los que compran. No te muestres codicioso, mujeriego ni glotón, porque si el pueblo conoce tus vicios, por ellos te atacarán hasta derribarte del cargo. Y, en fin, escribe a tus señores y muéstrate agradecido con ellos, que la ingratitud es uno de los mayores pecados del mundo…

“Mi intención es dejar pronto esta vida ociosa, pues no nací para ella, y tengo que cumplir con mi profesión de caballero andante.

“Dame noticia de todo lo que te suceda, y que Dios te guarde de todo mal.

            Tu amigo, Don Quijote de la Mancha.”

La discreción y la humildad, el vestir bien, ser padre de las virtudes, gobernar en el término medio, consolar a los presos, vigilar los mercados, evitar la codicia y ser agradecido, ¿no es una vida construida en los valores?

Hace muy pocos días, publiqué algunos datos de la vida de Marco Tulio Cicerón. En especial, los referidos a su honestidad como hombre público. Hoy, quizá con una trascendencia menor, D. Quijote anima a Sancho a vivir también en la honestidad: no te muestres codicioso, mujeriego ni glotón y sé agradecido.

Bañe la honestidad el corazón de nuestros hombres públicos. Será el mejor regalo para sus ciudadanos.

viernes, 27 de noviembre de 2020

EL PODER Y LA PRUDENCIA. EL REY CANUTO

EL PODER Y LA PRUDENCIA

“Hace mucho tiempo, Inglaterra estaba gobernada por un rey llamado Canuto. Estaba rodeado de aduladores que le decían:

-Eres el hombre más grande que jamás vivió, decía alguien.

-Oh rey, nunca puede haber otro más poderoso que tú, añadía otro.

- No hay nada que no puedas hacer, le manifestaba un tercero.

El rey era un hombre sensato y se cansó de tantas tonterías. Y un día que caminaba por la costa decidió dar una lección a todos aquellos cortesanos.

-          Así que, según vosotros, ¿todas las cosas me obedecen?, preguntó el rey.

-          Por supuesto que sí, respondieron ellos.

-          Traed mi silla y colocarla en la orilla del mar.

Así hicieron y Canuto se sentó junto al mar. Y añadió:

-          Veo que se acerca la marea. ¿Pensáis que se detendrá si se lo ordeno?

-          Uno de ellos afirmó: Imparte la orden, gran rey, y la marea obedecerá.

-          El rey habló: Mar te ordeno que no avances más.

Pero el agua y las olas avanzaban y mojaban los pies del rey. El agua avanzó más y mojó enteramente los pies del rey y su manto. Entonces Canuto se dirigió a los cortesanos y les dijo: Parece que no tengo tanto poder como queréis hacer creer. Hoy habéis aprendido algo. Ya veis que no soy tan poderoso como decís.

Los funcionarios y cortesanos agacharon la cabeza sintiéndose ridículos”.

El poder, igual que la autoridad, tienen competencias y también límites.

(Adaptación de un texto de James Baldwim).

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La autoridad es el ejercicio de la sabiduría. Portadora de ella son los padres, entre otros. Sabiduría es un don que se adquiere por el conocimiento de las cosas y la experiencia. Con ella se enriquece la vida de los hijos y de los subordinados. Tener junto a nosotros a una persona que goza de la sabiduría, del discernimiento entre el bien y el mal, es un premioso beneficio a nuestra persona.

Con la sabiduría se ejecuta el buen juicio en las palabras, los actos, los negocios, los planes y la educación.

La prudencia, más aún la del político y del gobernante, es un claro ejercicio de la sabiduría. Todo hombre público debería examinarse con frecuencia sobre el grado que posee de ella.


lunes, 23 de noviembre de 2020

MARCO TULIO CICERÓN (106 a. C a 43 a.C.)

Grimal, su biógrafo, escribe: “Tenía treinta años cuando fue elegido cuestor en los comicios del 76 a. C. Y enseguida toma conciencia de los deberes que ello implicaba: a partir de ahora ya no sería un simple mortal… debía sacrificarse a sí mismo ante el interés del Estado. Influido por los filósofos, que situaban entre las virtudes fundamentales la temperantia, es decir el control de uno mismo, que impide al hombre honesto usar el poder sin moderación”. Y cree que la más alta realización de un hombre consiste en trabajar por el bien de su ciudad.  Y para ello se sirve de la palabra que, según él, “tiene el poder de atraer la atención de los hombres, de conquistar su inteligencia, de arrastrar su voluntad en el sentido que se desea o de disuadirlos”. La palabra, añade, no es sino la manifestación del ser interior.

“Era profundamente consciente de lo que le aportaba la amistad de Ático, los consejos que recibía de ese amigo prudente, diestro en discernir las complejísimas intrigas de la vida pública, en desarticular las trampas, en sugerir una acción que se revelará fructuosa, y por encima de todo eso, el encanto de una presencia, de una conversación en la que no hacía falta fingir”. 

Confesaba pues, Cicerón, la importancia de las influencias en su formación. De una parte, de los sucesos que presenciaba y por supuesto de personas. Especialmente del amigo con el que mantiene una relación interpersonal con continuos cambios de impresiones sobre los asuntos públicos de Roma. Quiero destacar esta relación que ya se da en la antigüedad y que continúa siendo en la actualidad un foco de luz en la educación y formación de toda persona. ¡Cuánta necesidad de esa luz necesitan nuestros niños, adolescentes y jóvenes!

De sus lecturas deduce Cicerón que “algunas de sus decisiones, le eran dictadas por sus consideraciones de moral pública, que extraía de la lectura de los filósofos y los poetas. La idea de Cicerón sobre la victoria más difícil de lograr era la siguiente: Asumía que vencerse a sí mismo era una victoria aún más difícil de lograr, y más importante, que las que se obtienen por las armas. El hombre que es capaz de semejante generosidad es más que un hombre un dios.  

Más aún, Cicerón cercano a sus treinta años, realizó un viaje a Grecia y a Oriente y en él, dedujo que el saber, no estriba ante todo, o solamente, en almacenar conocimientos, sino en escoger a alguien a quién imitar. 

Es un modelo de hombre honesto y gran trabajador, que en todo momento tiene a Roma en su pensamiento y en sus acciones. Grimal escribe sobre él:

“Un dato más del carácter de Cicerón es el sentido de la honestidad que se pone aún más de relieve durante la guerra civil entre Pompeyo y César. Él no puede unirse a César, porque ha dedicado su vida con una fidelidad plena, a la defensa de la República y esto está en contradicción con la postura y los planes de César”.

Desea ante todo aparecer como la más alta autoridad moral de la ciudad. De ahí que su pensamiento podía estructurarse en la honestidad que da hermosura al alma.

En esta postura, sabe que debe estar acompañado probablemente siempre del sacrificio. Sin embargo, está muy firmemente convencido que el objetivo merece la pena. De ahí la escrupulosa actitud que adopta hacia la moderación en sus años como edil, después como cuestor y finalmente como cónsul.

En los años en los que ve que es más que posible la extinción de la República, ante la prosperidad que va tomando la posibilidad del primer triunvirato, se inclina hacia el que cree más benévolo para Roma: la unión con Pompeyo. Y no acierta. Julio César será el ganador y el azote de Pompeyo, pero Cicerón continúa fiel a sus convicciones.

viernes, 20 de noviembre de 2020

"¡`Qué bello es vivir"!

Una vida para los demás.

Una vez más el cine nos deja una imagen que favorece el pensamiento. Me refiero a la película “Qué bello es vivir”.  Película de Frank Capra, que goza de un guion excelente.

George Bailey se encuentra en la madurez con un alto sentido de responsabilidad. Se ha ganado el afecto de amigos, parientes y vecinos que desean que sea un hombre feliz. Desde muy joven intervino en diversos accidentes o tareas en los que se olvidaba de sí mismo, para lograr el bien de los demás. Muy joven consiguió que su hermano Harry no muriese ahogado. Años después, en la graduación de Harry, conoce a Mary Hatch. Se enamoran y casan. Pero no pueden realizar el viaje de “luna de miel”, porque se produjo un grave accidente bancario que afectó a mucha gente, y George utilizó el dinero reservado para su viaje de novios para conceder préstamos a los clientes de la compañía de empréstitos.

Más adelante, se pierden ocho mil dólares del banco que George creó para ayudar a la gente humilde. Pérdida que deja en la ruina a muchas personas conocidas. Como solución fatal, George se marcha a un puente con la intención de suicidarse. Aquí interviene un ángel enviado por el cielo que le hace comprender la cantidad de cosas buenas realizadas y el gran número de personas que se han beneficiado de su dedicación a los demás. Es entonces, cuando la despierta, audaz y generosa Mary habla con los amigos y les comunica que George tiene problemas. Toda la ciudad, encariñada como está con George, se vuelca en una colecta y recuperan más de los ocho mil dólares perdidos.

George y Mary formaron una familia en la que los dos pusieron tanto amor, que toda la película está llena de él. En la cotidianidad de sus vidas dieron sentido a todo quehacer, a toda tarea, a toda adversidad. Y pusieron en aquel pueblo una imagen clara y transparente de lo bello que es vivir.

martes, 29 de septiembre de 2020

ABIERTOS A LA AMISTAD

“Sin amigos nadie desearía vivir aunque poseyera todos los demás bienes” (Ética a Nicómaco. Libro VIII, 1). “Si el hombre bueno se convierte en amigo, se convierte en un bien para aquel de quién es amigo” (Ética a Nicómaco. Libro VIII, 5). 

S. Ignacio de Antioquía escribe carta al joven obispo Policarpo y le exhorta a acercarse con mansedumbre a quienes están lejos de la Iglesia, ya que no tendría mérito amar sólo a los buenos discípulos.  Amar es ser comprensivo, misericordioso.

Aumenta la capacidad de querer: el carácter amable, tender puentes, favorecer el “encuentro” por nuestra forma de hablar, de movernos… y cuando queremos y nos apasionamos por las cosas del amigo.

Actividades que se pueden hacer con los amigos: deportivas, paseos, leer libros, oír o hablar sobre música. Realzar servicios juntos y la conversación amena. Y sobre todo, disfrutar de su compañía.

También contamos con la amistad de los buenos alimentos compartidos; la gente se abre más comiendo y bebiendo.

¿Qué más pide una verdadera amistad? Momentos de intimidad: uno con uno. Ahí surgen los excelentes consejos, las confidencias. Se cuentan nuestras cosas   y ellos cuentan variadas experiencias. También contamos nuestra amistad con Jesucristo.

Obstáculos: excesivo estrés, activismo: hacer, hacer, hacer, correr, correr… es necesario descansar con cosas sencillas. Otro obstáculo: ser demasiados categóricos en nuestras exposiciones. Evitar las rigideces cuando algo es opinable. No convencer, sino proponer. Buscar puntos de encuentros y cerrar lo que nos separa. Escuchar, ponerse en el lugar del otro y paciencia, no olvidar que el vino mejora con el tiempo … y la amistad también.

viernes, 18 de septiembre de 2020

AMOR MATRIMONIAL

 

AMOR MATRIMONIAL Y CASTIDAD.

En una reunión de sacerdotes dedicados a la pastoral juvenil, en 1973, el arzobispo Karol Wojtyla -en 1978 Papa Juan Pablo II- presentó dos ponencias con las que se editó el libro “Los jóvenes y el amor”. Del cual ofrezco hoy el último capítulo.

Los dos mandamientos de la castidad son:

-“Tú la amarás”.                                        Mandamiento positivo.

-“Tú no buscarás solo el placer”.              Mandamiento negativo.

Antes de casarse:Antes de casarse, el joven y la joven deben lograr cierta madurez espiritual. La castidad antes del matrimonio es un indicador y una prueba de una correcta maduración para el matrimonio”.

Amor matrimonial

Hombre y mujer se convierten en una misma carne mediante el amor conyugal que, se materializa en el abrazo que origina la unión de los esposos. Los cónyuges comparten sus cuerpos sexuados. Entre marido y mujer hay una copertenencia de los cuerpos. Podemos darnos con toda nuestra intimidad e historicidad. La unión sexual de sus cuerpos hace que los gametos masculino y femenino se fusionen y puedan procrear el cuerpo del hijo.

Aquel que quiere un matrimonio feliz, busca y vive un “amor hermoso”, un amor bello. Sin embargo, un ambiente en el que aparece casi constantemente la exaltación de la pasión y del sentimiento, no favorece el hallazgo de un verdadero amor.

Ciertamente, la pasión, el deseo, los sentimientos y los afectos son ingredientes necesarios del verdadero amor. Pero, “el amor no es sólo sentimiento. Los sentimientos van y vienen. Pueden ser una maravillosa chispa inicial, pero no son la totalidad del amor”. (B. XVI. Deus carita est)

El amor verdadero es el que se siente responsable de la felicidad de la persona elegida para una comunión de amor: “Siempre tendré miedo de no hacerte todo lo feliz que tú te mereces”, le dice el novio a su chica.

El matrimonio es una gran responsabilidad, porque cada uno recibe todo del otro. Es la entrega de la persona a otra persona, y si una de las dos defrauda a la otra, es lo más penoso que puede sucederle a quien se entregó plenamente en cuerpo y alma.

El sacramento del matrimonio introduce el amor humano en ese Gran Amor que es Dios revelado y que actúa en Cristo”.

Karol Wojtyla. Los jóvenes y el amor. Preparación al matrimonio.

viernes, 11 de septiembre de 2020

LOS JÓVENES Y EL AMOR. Karol Wojtyla III. Amor maduro

 Amor maduro.

En una reunión de sacerdotes dedicados a la pastoral juvenil, en 1973, el arzobispo Karol Wojtyla -en 1978 Papa Juan Pablo II- presentó dos ponencias con las que se editó el libro “Los jóvenes y el amor”. Del cual ofrezco hoy un nuevo capítulo.

Amor maduro y castidad.

La madurez es clave para la justificación de la pureza prematrimonial, sea varón o mujer. Esa maduración se encuentra con la exigencia de la castidad prematrimonial convirtiéndose esa castidad en expresión y prueba de la madure como persona. El hombre madura como persona a través de las relaciones con otras personas, al tiempo que va madurando para estas relaciones. El hombre maduro es capaz de guiarse así mismo, siendo en cierto sentido su propio educador”. Maduración es conocimiento y conciencia, libertad y responsabilidad. Por eso, el muchacho maduro cuidará de su novia y de los valores de ella -es responsable de esos valores-, y también por supuesto, del valor de la castidad de ella, porque la castidad es un valor. Igualmente, ella lo hará lo mismo son su novio.

El amor se halla psicológicamente maduro… la persona es amada y no admite de ninguna manera que sea objeto de placer”.

La castidad está subordinada a la virtud de la templanza. Los movimientos sexuales estarán subordinados al entendimiento, este es el papel de la templanza. Esta, ayuda a vivir según la razón.

Aristóteles escribe: “El exceso en relación con los placeres es intemperancia y cosa reprobable”. (A Nicómaco. Libro III, 11).

El autodominio facilita la templanza. No ejercerlo es dejar que aquello que es inferior y por eso, subordinado, mande sobre lo que es superior: la templanza.

Castidad es a aptitud con la que se domina la concupiscencia.

La castidad se comprende con relación a la virtud del amor. Ella tiene la misión de liberar el amor de la actitud de gozo egoísta”.

Hay castidad. Se vive. Pues entonces, hay valor de la persona.

No hay castidad. En este caso, se da supremacía a los valores del sexo.

La castidad verdadera no puede conducir al menosprecio del cuerpo ni al desprecio del matrimonio y la vida sexual”.

El valor del cuerpo y del sexo está supeditado al valor de la persona.

Consecuencia: Hay un alto valor de la persona, también habrá entonces, una alta valoración del cuerpo y del sexo.

Por eso, un hombre y una mujer castos son los que experimentarán un verdadero amor”.

Dicho de otra manera: un verdadero amor, aquel en el que se ama por igual el alma y el cuerpo, origina la virtud de la castidad.

Karol Wojtyla. Los jóvenes y el amor. Preparación al matrimonio.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Karol Wojtyla. Los jóvenes y el amor (II)

 En una reunión de sacerdotes dedicados a la pastoral juvenil, en 1973, el arzobispo Karol Wojtyla presentó una ponencia titulada: “La enseñanza sobre el amor que deberíamos establecer como fundamento para la preparación al matrimonio de la juventud”. En 1977, el entonces cardenal Wojtyla volvió con otra ponencia. Esta vez sobre la maduración y su importancia en las relaciones humanas y por supuesto, también en el matrimonio. Al año siguiente, 1978, el cardenal Wojtyla fue elegido Papa: Juan Pablo II. Con ambas ponencias, se editó el libro “Los jóvenes y el amor”. Del cual ofrezco hoy un capítulo.

El amor.

Todo amor humano verdadero se convierte en participación en el amor de Dios. También el amor conyugal es la participación real en el amor de Dios. La participación en el amor divino permite a dos personas (Adán y Eva), hombre y mujer, perseverar en su relación de amor mutuo. Les permite continuar en el proceso de entrega recíproca. Les permite confiarse el uno en el otro y convertirse en un don recíproco, también en los ámbitos corporal y sexual. Esa sociedad de varón y mujer es la expresión de la comunión de personas. Comunión en el cuerpo y en el sexo”.

Amor caído y redimido. Ciertamente, esta concepción del amor humano, no nos debe olvidar que se deformó por el pecado original, y también “ha de estar unida a la verdad de la redención con todas sus implicaciones… El hombre y el amor no sólo se encuentra en estado de naturaleza caída, sino también en el estado de naturaleza redimida. Este amor ha de ser captado, ha de ser acogido, sin olvidar que este don (el del amor) puede ser bien usado o puede ser malgastado.

Amor continuamente recreado. Y más aún, “el amor no puede sólo recibirse, no es posible ser su propietario, porque es necesario recrearlo continuamente y construirlo constantemente.”  El amor “es paciente, servicial, no tiene envidia, no hace alarde… goza con la verdad… todo lo disculpa, lo cree, lo espera, lo soporta. (1. Cor. 13, 4-7).

Paciente. Si no cultivamos la paciencia, siempre tendremos excusas para responder con ira. Finalmente, nos convertimos en personas que no sabemos convivir, antisociales, incapaces de postergar los impulsos, y la familia se volverá un campo de batalla.

Servicial. Sal por esta puerta con la pasión por servir, leemos en la puerta de salida en un colegio. “Dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir. Serví vi que servir era la alegría”. (R. Tagore).

No tiene envidia. “El amor nos lleva a una sentida valoración de cada ser humano, reconociendo su derecho a la felicidad”. (Amoris Laetitia Cap. 4º)

No hace alarde. “El amor no puede volverse arrogante e insoportable”. (Amoris Laetitia. Cap. 4º)

Goza con la verdad. La gracia del sacramento del matrimonio está destinada ante todo «a perfeccionar el amor de los cónyuges» (A. L. 89).

Todo lo disculpa. La alegría se encuentra dentro del matrimonio cuando se acepta que este es una necesaria combinación de “gozos y de esfuerzos, de tensiones y de descanso, de sufrimientos y de liberaciones, de satisfacciones y de búsquedas, de molestias y de placeres” (AL. 126).

Todo lo cree. Amo a esa persona, la miro con la mirada de Dios Padre, que nos regala todo «para que lo disfrutemos» (1 Tm 6,17), y entonces acepto en mi interior que pueda disfrutar de un buen momento.

Todo lo espera. “El amor que no crece comienza a correr riesgos, y sólo podemos crecer respondiendo a la gracia divina con más actos de amor, con actos de cariño más frecuentes, más intensos, más generosos, más tiernos, más alegres.” (A. L. 134).

Todo lo Soporta. “El amor se va transformando, pues la apariencia física, con los años, se modifica. Ello, sin embargo, no es obstáculo para que la atracción mutua se debilite o desaparezca”. (A. L. cap 4º).

El matrimonio, comunión de amor, es suprema grandeza, Excelsa belleza. Verdadera dignidad. Templo que cobija a los amantes. “El amor no es solamente un asunto de la pareja, sino algo entre ellos y Dios”.

Karol Wojtyla. Los jóvenes y el amor. Preparación al matrimonio.

jueves, 27 de agosto de 2020

LOS JÓVENES Y EL AMOR (I)

ATRACCIÓN. El primer paso en la relación de pareja es la atracción: Leemos en una novela: “La misma tarde en que llegué a la isla, en el momento en el que Dawsey me tendió las manos al final de la rampa del barco, sentí una inexplicable atracción”, comentaba Juliet a una amiga.

“En la elección del futuro cónyuge, es importante, considerar el valor físico que tiene, su belleza exterior y también saber descubrir su belleza interior. No olvidemos que el ser humano es persona, por lo tanto, con su interioridad.” 

Afectividad es querer y ser querido. Es una experiencia universal. Ovidio dijo que “si quieres ser amado, se amable”.

En el fondo, todo se reduce a tener un corazón grande. Como escribe Hildebrand en su libro El corazón: “Tener el corazón capaz de amar, un corazón que puede conocer la ansiedad y el sufrimiento, que puede afligirse y conmoverse, es la característica más específica de la naturaleza humana. El corazón es la esfera más tierna, más interior, más secreta de la persona. Cuánto más grande y profunda sea la capacidad afectiva del hombre, mejor”.  Los sentimientos y la afectividad educan el corazón.

¿Qué expresa un corazón grande?: sonrisas, agrado, cariño, entrega…

La afectividad llega a ser el verdadero motor de nuestro comportamiento. Está condicionada por la capacidad de entrega, de generosidad, de agradabilidad, de paciencia, de sinceridad y de lealtad a otra persona.

“El deseo pertenece a la esencia del amor que nace entre el hombre y la mujer. La razón es que el hombre es un ser limitado, que no puede bastarse a sí mismo y, en consecuencia, tiene necesidad, en el sentido más objetivo, de otros seres”. “El hombre tiene necesidad de la mujer y viceversa. Esta necesidad objetiva se manifiesta a través del impulso sexual, a partir del cual surge el amor entre ellos. Es un amor de concupiscencia, porque resulta de una necesidad y tiende a encontrar el bien que le falta. El amor de concupiscencia es un deseo para mí: te quiero porque eres un bien para mí. Pero es un deseo de persona”. Quiero a fulanita y quiero a su persona. ”No es un deseo sexual aunque este permanece en la sombra de aquel deseo” . “No solo un cuerpo tiene necesidad de otro cuerpo, sino, sobre todo, un ser humano de otro ser humano.”  

Karol Wojtyla. Los jóvenes y el amor. Preparación al matrimonio.

viernes, 10 de julio de 2020

EDUCACIÓN EN VALORES



Las cosas que tienen valor son un bien. Ahora bien, los valores nos son captados por el entendimiento. El entendimiento es ciego para el valor como la vista para los sonidos. Un valor se siente.
Hay cosas que tienen un valor relativo, son las que valen para satisfacer una necesidad.  Por ejemplo, dejar de tomar dulces porque engordan. Sin embargo, hay valores auténticos que valen por sí mismo. Por ejemplo, la salud. Esta idea nos facilita entender que hay valores superiores y otros inferiores.
En el grupo bajo está el valor de lo agradable y lo desagradable. Superior a estos están los valores relacionados con la salud y la vitalidad: fortaleza, agilidad… Y superiores son los valores del espíritu humano: la verdad, la belleza, la elegancia, las virtudes: humildad, justicia, prudencia.
Los valores aparecen en la persona. De hecho, la persona no sería tal si no estuviera acompañada de algunos valores.
Resumiendo todo lo anteriormente expuesto, los chicos tienen que ser educados en valores. Hay que elegirlos para que sean los que guíen su conducta. Para ello hay muchas técnicas, pero lo importante es que en su plan educativo estén continuamente y desde luego, es una vida con los valores y en los valores la que proporciona felicidad y la seguridad de no estarla discurriendo solamente en beneficio propio, si no con una fuerte tendencia a proporcionar felicidad y bienes a muchos otros.
Sin embargo, con el fin de proporcionar una idea clara sobre valores fundamentales en los que hay que educar, me parece conveniente enumerar algunos.
EDUCACIÓN EN VALORES.
El valor de la amistad.
El valor de la verdad.
El valor de la vida.
El valor de ser una persona educada.
El valor de la sinceridad.
El valor del esfuerzo.
El valor de una relación positiva con los padres.
El valor del respeto a la autoridad.
El valor del trabajo bien hecho.
El valor de la belleza.
El valor del bien, de lo bueno.
El valor del amor.
El valor de la justicia.
El valor de la lealtad.
El valor de vivir en un ambiente en el que reine la confianza entre sus miembros.


viernes, 3 de julio de 2020

LOS VALORES



En estos días en los que nuevamente he podido verme con los amigos y en breves tertulias de café, ha surgido de forma continua, la opinión sobre los valores. El sentir general que, he apreciado es la afirmación de la pérdida tan enorme de valores que sufre nuestra actual sociedad.

Aunque con motivo de la pandemia, hay valores que se han cultivado muchísimo más, sin embargo, parece cierto, que hoy no son apreciados y su ejercicio deja mucho que desear.

Los valores no importan por la calidad que proporcionan, si no que una vida humana sin valores no es una vida humana.

Y, ¿qué son los valores? Ya lo dijo Ortega: “Los valores son cualidades de las acciones, de las personas, de las cosas, que las hacen atractivas”. Así que cuando una acción o una persona o una institución, tienen un valor positivo, es atractiva, aquello es algo deseable; cuando tienen un valor negativo, es desagradable. Los valores nos ayudan a hacer un mundo habitable.

Siendo tan importantes, no hay plan educativo que no cuente y suscriba la necesidad de tratar los valores durante los años de la infancia, adolescencia y juventud, puesto que ellos van a dirigir en gran medida la conducta humana. Con estos supuestos ya nos imaginamos lo conveniente que es que los valores se definan y clarifiquen bien como primer paso. A continuación, los planes educativos deberán tratar cómo conseguir que esos valores sean estimados y asumidos, pues si estas dos últimas cuestiones no se logran en vano ha sido todo el trabajo anterior.

La primera operación, por lo tanto, es que el educando conozca los valores. Padres y educadores tendrán que ofrecerle en el desarrollo de la propia vida familiar y académica, diversas opciones. Conocer distintos valores, es una riqueza de la que no hay que privar a los chicos. Seguidamente hay que conseguir que algunos sean estimados e incorporados. Porque el valor no se tiene hasta que no comprobemos que está dirigiendo la vida de los chicos. Los valores asumidos aparecen en las acciones que realizamos. Son persistentes y permanecen inalterables antes las circunstancias agradables o adversas.

Voy a continuar en entradas siguientes de proponer planes para que los valores vuelvan a ser y a estar en nuestras vidas.

lunes, 29 de junio de 2020

EL TESORO DE LA FAMILIA



En la familia, ¿qué somos? Podemos ser padres, hijo, hermano, abuelo, nieto. Con todos ellos se forma nuestra familia, en la que por eso mismo se establece una relación propia y peculiar entre todos los miembros, aunque también en grados distintos. Por ejemplo, la relación de los padres con los hijos es la de la autoridad; la de los hijos, la obediencia. Pero siempre hay una relación bañada por el afecto.

Es una relación que dura toda la vida. Siempre. Es una relación que se desarrolla en el ámbito en el que vivimos y allí va cambiando, creciendo y desarrollándose en el transcurso del tiempo. Es una relación costosa porque debemos crecer en bondad, amistad, comprensión, generosidad, sinceridad, capacidad de perdonar. Son los valores envuelven constantemente la vida familiar.

Es pues, una relación en la que se conocen y desarrollan valores. Algunos específicos de la vida familiar: el afecto, el interés por el otro, la subordinación de mis deseos al bien del otro, el respeto hacia los que tienen autoridad, etc.

Al vivir esos valores, los vivimos como esposos fieles, como hijos dóciles, como hermanos entrañables, como abuelos entregados. Valores que nos conducen a obrar con la bondad que anida en el corazón bueno de cada miembro. Y justamente ese corazón bueno es lo que más une a nuestra propia familia. Un corazón capaz de soportar la angustia y la dificultad y de expresar también el gozo por el acierto o la conquista del tipo que sea, de alguno de los miembros.

En la familia somos amados tal y como somos y por lo que somos. Ninguna otra cuestión importa. Lo que vale realmente es que somos de la familia y en ella encontramos la serenidad, el sosiego, la comprensión y el afecto.
Realmente nos definimos por ser de una familia. Tú, ¿quién eres?, pregunta uno. Y respondemos: Soy hijo de Fulano, nieto de Mengano. Esa nuestra identidad. Ese es nuestro tesoro.


viernes, 19 de junio de 2020

LA ORACIÓN DE JESÚS


Cuaderno para acercarse a Jesús de Nazaret
LA ORACIÓN DE JESÚS                                                                     Pensamiento 8

“Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro… y se puso a orar”[1]. Llevaba en su Corazón el mundo entero y de ese mundo hablaba con el Padre. Al Padre le cuenta todo: su actividad apostólica, los llamados a ella, las penurias y problemas de sus coetáneos, las debilidades humanas, nuestras caídas y esfuerzos por vivir en el bien. También habla con el Padre sobre su “hora”.

De la oración obtiene Jesús luz del Espíritu para iluminar a Pedro, a Juan, a Nicodemo, a la samaritana, a sus amigos de Betania, al ciego de nacimiento, incluso a los escriba y fariseos.

De la oración obtenemos “sal y luz” para iluminar la vida de nuestras familias, compañeros y amigos. Para así, “empujarlos” hacia el cielo. La oración nos ayuda a “nacer de nuevo para ver el reino de Dios”[2], convertirnos y purificarnos. Porque la oración nos cambia, y facilita vernos y ver las cosas con los ojos de Dios. La oración acrecienta la vida del Espíritu por la que se llega a la intimidad con Él.

En la oración descubrimos la oveja perdida y vamos hacia ella para ofrecerle una vida nueva. Porque toda oveja perdida también está en el Corazón de Cristo, que la mira, la atiende y quiere ofrecerle su misericordia a través de nuestra oración. “¡Es el gran misterio de Dios! Dios que no necesita del hombre para nada, viene en busca de él como si le necesitase”[3].

En la oración percibimos que Dios busca a cada hombre: a Pedro, a Bartolomé, a Mateo, al paralítico de la piscina… Me busca a mí y a ti. Y quiere valerse de nosotros en esa búsqueda, que es una búsqueda de amor. Nos quiere “instrumentos” de su misma actividad. Es decir que seamos lo que Él es.

También en la oración descubrimos nuestras miserias que nos impulsan al arrepentimiento y a la contrición.


[1] Mc. 1, 35
[2] Jn. 3, 3,
[3] Luis Mª Mendizábal. Los misterios de la vida de Cristo. BAC. Página 139

viernes, 12 de junio de 2020

LA MISERICORDIA


LA MISERICORDIA                                                                             Pensamiento 7

Jesús se compadece de los posesos, de los enfermos, de los que fallecen y de sus familiares, de los que padecen hambre y por supuesto de los pecadores. Y actúa en favor de ellos y les ofrece la parábola del hijo pródigo.

Zaqueo, María Magdalena, la Samaritana, la mujer adúltera y muchos más, conocieron su gran misericordia. Por su misericordia enseña el evangelio; por su misericordia ora al Padre por sus discípulos y por todas las gentes. También ora por los que llegarán después.

Al igual que Jesús, el sacerdote cura, alimenta y perdona, todo en el nombre del Señor. El cristiano debe pedir que todos los sacerdotes sean santos.

Contra la santidad están los demonios que, hacen mucho daño con sus insidiosas tentaciones, a las familias, a la juventud, a los sacerdotes y religiosos, a los gobernantes… a todo el pueblo de Dios: la Iglesia. Es bueno pedir al Señor que los sujete y expulse del mundo: ¡Vayan a su destino propio: el infierno!

“¡Cállate y sal de él!”, dijo Jesús al endemoniado[1]. Tu palabra, Señor, venció. Eso mismo podemos pedir ahora: que venza su palabra ante el espíritu del mal.

Dijo Jesús a la monja Sta. Mª Faustina Kowalska: “Proclama que la misericordia es el atributo más grande de Dios. Todas las obras de mis manos están coronadas por la misericordia. Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores. Oh si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas de mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia. Di, hija mía, que soy el Amor y la Misericordia mismas. Cuando un alma se acerca a mí con confianza, la colmo con tal abundancia de gracias que ella no puede contenerlas en sí misma, sino que las irradia sobre otras almas”.[2]



[1] Mc., 1, 25
[2] Sta. Mª Faustina Kowalska. Diario. N 301, 367 y 1074

viernes, 5 de junio de 2020

LA BODA DE CANÁ


LA BODA DE CANÁ.                                                                     Pensamiento 6

Allí está María que, conociendo una necesidad, “acude a Jesús en favor de los hombres: no tienen vino”, le dice[1]. Siempre actúa así la Virgen: percibe una necesidad y allí está ella, solícita y servicial. Luego, María dispondrá el corazón de los hombres a la acción del Señor”[2]: “Haced lo que Él os diga”[3].  A esto se reduce la vida cristiana: a hacer lo que Él nos diga, ni más ni menos. Y así actuó como medianera de nuestras necesidades.

En este episodio, María pone en relación, a Jesús con los hombres y a los hombres con Jesús. En las últimas apariciones de la Virgen: Guadalupe, Lourdes, Fátima, su cometido fue semejante: unir los hombres con Jesús. Si unimos nuestra oración a la de la Virgen, todo saldrá bien, muy bien.

La presencia de Jesús en esta boda tiene un significado de salvación. De la misma manera que Jesús puede convertir el agua en vino, puede convertir un corazón duro, despiadado, alejado, en un corazón bueno. Un corazón bueno es el que el Señor anuncia con las Bienaventuranzas. El Señor puede convertir las almas que le escuchan, que estén abiertas a su Palabra, que tenga un poco de buena voluntad, que deseen y busquen la verdadera felicidad.

Si tu caso es que deseas que el Señor te conceda un adelantamiento en la plenitud de la vida cristiana, acude al Señor. Te escuchará y te atenderá.

Aquellas tinajas de agua fueron llenadas de vino, de un buen vino, gracias la palabra de Jesús. ¿Por qué no pedirle que llene nuestro corazón de su misericordia y de su eterna presencia? ¿Por qué no ser más fiel a su voluntad?
La presencia del Señor en la boda de Caná es el anuncio y bendición del amor humano.





[1] Jn., 2, 3
[2] Luis Mª Mendizábal. Los misterios de la vida de Cristo. BAC. Página 121
[3] Jn. 2, 5

viernes, 29 de mayo de 2020

LA LLAMADA


Cuaderno para acercarse a Jesús de Nazaret
LA LLAMADA.                                                                                      Pensamiento 5
Hay un óleo de Juan B Lepiani que, retrata el momento en el que Francisco Pizarro hace una “llamada” a sus soldados con el fin de partir a la conquista de Perú. Solamente trece respondieron a la invitación. Pero fueron con él y realizaron la conquista de aquel nuevo país. Hubo una “llamada” y una respuesta.

Con la Vida Pública de Jesús comienza un nuevo tipo de vida para la humanidad. Una nueva vida centrada en Jesús. Como la tuvo el endemoniado de la región de los gerasenos tras el “encuentro” con Jesús[1]. Pues bien, él quiere tener socios, compañeros para realizar la Redención. Esos socios serán, pues, corredentores y para ellos hay siempre una “llamada”.

La llamada será a una vida de plenitud, de felicidad, en la que se cuenta siempre con la Presencia de su Amor. No hay mayor bien para una persona que contar con la Presencia de su Amor, con la “llamada”. Con esta invitación, Jesús nos asocia a su obra evangelizadora. Si el “invitado” acepta, tiene que ponerse a trabajar en la obra de Cristo.

Para que la llamada de Jesús tenga un buen final, es preciso que el llamado experimente una atracción por el Señor mayor que por cualquier otra cosa. Esto es lo que les ocurrió a Juan y Andrés en aquel primer encuentro: tenían una cierta predisposición por hallar al Mesías y allá junto al río Jordán, se encontraron con él. Toda aquella tarde la pasaron con Jesús[2]: ¡Inolvidable!

Consolidar la vida cristiana, avanzar en ella es posible si vamos en compañía de Jesús.
Pedro también tuvo una experiencia magnífica. Una noche entera faenando en el mar y no cogió ni un solo pez. En la mañana, con el Señor en su barca y aceptando la voluntad de Jesús: “Echad vuestras redes para pescar[3]. Pedro oye el mandato del Maestro y con humildad y aunque no es hora apropiada para pescar, obedece y se produce una gran pesca: dos barcos fueron necesarios para coger cientos de peces. Y Pedro, deslumbrado, sobrecogido, “se echó a los pies de Jesús diciendo: “Señor, apiádate de mí, que soy un hombre pecador[4]. ¡Qué hermosa contrición! ¡Qué gran corazón! Y Jesús le da más: le invita al apostolado: “No temas, le dice, desde ahora serás pescador de hombres[5].

En otro momento, el Maestro y después de una noche de oración, eligió a doce: “Llamó a los que él quiso, para enviarlos a predicar[6].


[1] Mc, 5, 1-2-6, 13, 16-20
[2] Jn. 1, 35-39
[3] Lc. 5, 4
[4] Lc, 5, 8
[5] Lc. 5, 11
[6] Mc. 3, 13