AMAR LA VERDAD
Pablo llega a Atenas. Visita sus numerosos altares y
esculturas y admira la belleza y la monumentalidad de toda la ciudad.
Finalmente acude al Aerópago donde los epicúreos, personajes flojos y líquidos,
los llamaría Bauman, discuten y enseñan. También encuentra allí a los estoicos,
gente que vive y pregona la importancia de la virtud para llegar a la felicidad.
A ambos, Pablo les habla de Jesús de Nazaret y les dice que murió y resucitó y
vive. Él es testigo de lo que afirma. No le creen y se marchan, le abandonan.
Pablo ha optado por anunciar la verdad, aunque tal resolución
le propicia la soledad.
¿Es necesario caminar en la verdad y anunciar la verdad? Pues
miren ustedes, la verdad es el cimiento de la vida social y del amor entre las
personas. Además, es factor esencial en la educación. No pongas la verdad en tu
hogar, tampoco en el colegio o en el instituto y los sujetos allí educados
saldrán instruidos, pero sin la verdad.
Amar la verdad es más que la sinceridad. La sinceridad se
refiere a no mentir, a evitar el engaño. Mentir es la del niño o del
adolescente o joven que oculta a sus padres que se reúne con una persona que
puede hacerle grave daño. Es copiar en un examen. Engañar en un documento
oficial. Negar lo que somos (en esto falló Pedro)… La mentira daña la esencia y
la dignidad de la persona.
Se ama la verdad si se estudia y lee. Especialmente yendo a
las fuentes de la verdad: somos hijos de Dios, que nos ama y cuida de nosotros.
Faltamos a la verdad cuando nos fijamos en lo negativo de los
demás o mirando al otro como a un competidor. Verdad es mirar al otro como a un
hijo de Dios.
Amar la verdad es comunicar la verdad. Tarea que se convierte
en la primera para un cristiano.
Fondo y forma: Mantener el fondo en la defensa de la verdad, pero adecuar la
forma según el que te escucha. Un ejemplo:
A.
Ovidio
tiene 18 años y ha abandonado toda la vida cristiana. Su madre dice a su padre: tus formas rígidas y autoritarias lo han
alejado de Dios.
B.
Terencio
tiene 18 años y ha abandonado toda la vida cristiana. Su madre dice a su padre:
podías hablar con él e intentar que te cuente que le pasa, y aprovechas el momento
para hacerle ver que Dios le sigue amando.