En el noviazgo, queremos al novio/a porque nos da la gana. En
el matrimonio, queremos al cónyuge porque además, lo hemos prometido con un
compromiso público y formal. En el momento del matrimonio ya no están dos.
Acude Jesucristo y se inserta con los dos. Ahora, contamos con un hombre, una
mujer, un principio encantador e ilusionante, el olvido de sí mismo y el gran
deseo del bien del otro, y con todo eso y la preciosa ayuda divina, somos
capaces de construir una familia de verdad.
Los estadios.
1. Recién casados. Las características más notables
son:
A.
Amplio
desarrollo de la afectividad.
B.
Deseo
de agradar.
C.
Totalmente
enamorados.
D.
Esmerada
atención a los pequeños detalles.
E.
Mejorar
sustancial en sensibilidad.
2. El primer año.
Continúa el desarrollo de la
afectividad.
Una creciente comunicación.
Trabajar para ensamblar familia y
profesión.
Lograr una necesaria estabilidad
económica.
Atender a una nueva familia: la de
ella y la de él.
Elección de un modelo de vida
conyugal.
Conciencia de que estamos en un
camino vocacional.
Concretar las relaciones con Dios.
Las personales y las familiares.
Surge, lentamente, la personalidad
real de cada uno. Aceptación.
3. Un parón, para ver ¿Qué tal nos
entendemos?
Sobre el fomento de una amistad entrañable.
Hablar de todo. Evitar la rutina.
Respetarse siempre.
Ojo a un exceso de ordenador, tv,
etc. Que nos impide la comunicación.
No se puede volver a la etapa
anterior: él con sus amigos, ella con sus amigas.
4. La llegada del primer hijo.
El primer embarazo.
Tener hijos pronto. Es importante por
la edad y porque crece el amor.
La fecundidad es prueba de la
presencia del amor divino en el amor humano.
Preparación del hogar.
Métodos de planificación familiar.
Educación del hijo.
Maduración en la vida cristiana.
5. Más hijos. Meses o años después:
Más hijos: generosidad grande.
Cuidar la convivencia entre hermanos.
Pensar y considera la elección del
colegio de acuerdo con la idea que tenemos sobre la educación integral de los
hijos.
Cuidar los hábitos educativos de los
hijos.
Posibles cambios profesionales. Aparecen
nuevas amistades.
6. En la madurez.
Trato individualizado con cada hijo.
Sea nuestro matrimonio como modelo de amor. Adaptabilidad en un tiempo nuevo. Conservar
la ilusión de novios.
7.
La vida emocional en el matrimonio.
“Son muchos los que suelen quedarse
en los estadios primarios de la vida emocional y sexual. Y las crisis
matrimoniales frecuentemente se afrontan de un modo superficial y sin la
valentía de la paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco y del sacrificio”.
(nº 41 de Amoris Latitia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario