EL
MATRIMONIO: UNA RELACIÓN DE DONACIÓN
El cuerpo humano es de varón o
de mujer para una relación de donación.
Es una relación de darse al otro: es una relación de amor. Cada persona está
hecha para dar y recibir amor.
“Ambos sexos están llamados por el
mismo Dios actuar y vivir conjuntamente. La persona entera es varón o mujer, su
masculinidad o feminidad abarca todo su ser.
“La unión sexual, vivida de modo humano y santificada por el sacramento,
es a su vez camino de crecimiento en la vida de la gracia para los esposos. Es
el misterio nupcial”. (Amoris Laetitia nº 69).
“El encuentro sexual entre un varón y
una mujer es la expresión más real, profunda y hermosa que se puede dar entre
dos personas que se aman, con un amor que compromete su vida entera en un
proyecto común y único. La relación sexual es manifestación placentera de la
donación incondicional de los esposos y en ocasiones se encarna en un hijo.
Debe basarse en el afecto, la confianza y el respeto mutuo”. (J. de Irala:
Sexualidad, vida y salud).
El hombre crece y se enriquece en la
convivencia, afectividad y sexualidad con su esposa. Y la mujer, igualmente,
crece y se enriquece en la convivencia, afectividad y sexualidad con su marido.
Es la complementaridad de los sexos la que logra una mayor plenitud en
humanidad.
El sendero del amor. Cuatro dimensiones.
1ª. Atracción entre hombre y mujer. Hay una orientación
hacia lo físico. Aparece el impulso sensual que se dirige hacia el placer de la
sexualidad.
2ª. La sensualidad origina las
emociones y los sentimientos. Al impulso sexual ha unirse el afecto y el cariño
por el amado/a. En este momento, hombre y mujer alcanzan un mundo común.
3ª. Ahora, descubren el valor
personal del otro/a. Se ama a la persona por lo que ella es. Aquellas dos vidas
se han convertido en una. El sufrimiento, el bien y la ayuda al otro/a, se
convierten en más importante que lo mío.
4ª. La gran dignidad de la persona
amada, se reconoce y se mantiene aún ante las adversidades por el nexo que hay
entre el amado y Dios-Padre, fuente del amor.
LO NATURAL:
Las caricias.
Mantenerse atractivos/as.
Respetarse y ser educados incluso en
la cama.
LO ANTINATURAL:
Usar las caricias solamente como
preludio del acto sexual.
Manifestar el amor solamente durante
el acto sexual.
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