Ya se expuso en la entrada del pasado 22 de febrero, que en el
camino hacia la excelencia aparece
la necesidad de ser un gran lector. Hay que lograr que nuestros chicos sean
unos magníficos lectores, grandes amigos de los libros. También en la del 19 de
febrero, al tratar sobre los alumnos con Premio Extraordinario de Bachillerato,
se dijo como estos chicos aman la lectura a la que dedican la mayor parte del
tiempo libre.
Y todo eso, porque no podemos olvidar que estudiar es elegir
y seleccionar. Se elige un tema o unos objetivos, se seleccionan ideas y
argumentos, a la vez que otros se desechan o se abandonan. Y elegir y
seleccionar es necesario para aprender, pero
elegir y seleccionar es leer. El amor la lectura es cuestión básica para el
que dese aprender. Leer es desentrañar una página, un capítulo o un tema. Leer y releer el
objetivo previsto para la sesión de estudio y de aprendizaje. En ese proceso de
leer y releer y escoger lo esencial, en un determinado momento, se suele
encontrar una frase que es síntesis y clave fundamental de lo que se está
leyendo. Esa frase hay que recogerla y guardarla, porque hemos encontrado el
núcleo del tema que leemos y estudiamos.
Ahí se aprecia claramente la conveniencia de que
especialmente el estudiante, todo estudiante, esté muy motivado hacia la
lectura y que la domine con la mayor perfección posible.
Examinaremos qué es leer bien, y ofreceremos a los
estudiantes un cuestionario sobre la
lectura
LA FORMACIÓN DE GRANDES PERSONAJES
THOMAS
JEFFERSON (1743-1826). Tercer
Presidente de los EE. UU.
A los nueve años
comenzó a estudiar latín, griego y francés. A la edad de dieciséis años estudió
filosofía, matemáticas, historia y ciencias. También se dedicó a perfeccionar
su francés. Practicaba el violín y leía a Tácito y a Homero. Estudiaba unas
quince horas diarias. Fue autor de la Declaración de Independencia de los EE. UU.
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