1.Tengamos una certeza perfecta: En la oración el Señor está con nosotros. Representársele y hablarle. Pero hablar con Dios y pensar en otras cosas es darle la espalda. Hay que buscarle dentro de sí porque Él está dentro de nosotros. Le miro y me mira. Mire él mis cosas y yo las suyas. El recogimiento es de gran importancia. El Señor pide soledad mientras los sentidos y las cosas van perdiendo su derecho. En el encuentro con sus Llagas, las abrace, las ame y las desee. Está tan necesitado que admite una pobre compañía. Todo cansa, todo fatiga, todo atormenta si no es con Dios o por Dios. Pongamos, pues, los ojos en contentarle y olvidémonos de nosotros. La oración es de gran provecho de las almas y es la puerta para entrar en Dios. Toda persona que hace oración es persona que sigue la voluntad de Dios. Todo es del Señor; en todo encuentro al Señor; en todo veo al Señor.
2. El Señor no se espanta de nuestras flaquezas y entiende
nuestras miserias y caídas. Recoged el pensamiento y centrarlo en la presencia
del Señor. Medios: El Bautismo del Señor, las tentaciones en el desierto, las
Bienaventuranzas, la Misericordia de Jesús, la última Cena, la oración en el
Huerto de Getsemaní, la traición de Judas, la compañía en el Calvario con Santa
María… Escenas y más escenas de los evangelios: conocer y meditar los
evangelios. Juntos andamos, Señor. Por donde fuiste voy, por donde pasaste he
de pasar. Mucho se gana en padecer por Él y así imitamos a Nuestro Señor. Para
estar con él es menester recoger los sentidos.
3. El buen siervo de Dios crece en deseos de no parar. Los
santos convirtieron almas por su mucha oración. No es tiempo de tratar con Dios
negocios de poca importancia. Quien de veras ama a Dios, todo lo bueno ama,
todo lo bueno quiere, todo lo bueno favorece, todas las virtudes abraza. Quien
de veras ama a Dios no ama vanidades.
4. La unión con el Señor se va consiguiendo si nos olvidamos
de nosotros por contentar a Nuestro Jesús y menospreciamos todas las cosas de
la tierra. En esta amistad se le descubren al alma grandes verdades.
5. Jesús en el alma y el alma en Jesús. El alma está ya con
el Señor y apenas se acuerda de ella misma. Toda la memoria se le va en
contentarle y en cómo mostrarle el amor que le tiene.
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Textos de los libros: Vida, Camino de perfección, Meditación
sobre los Cantares, Las Moradas y Las Fundaciones.
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