1. La familia.
La construcción de alguna cosa, pequeñas cosas
a veces, exige un gran esfuerzo, y desde luego suele merecer la pena hacerlo.
Pues bien, pocas construcciones pueden ser más interesantes que la construcción
de una familia. Es una de las empresas más valiosas que realizarse pueden.
En la familia se produce la más alta educación
a que un individuo puede aspirar, puesto que allí se producen un conjunto de
estímulos que influyen como tal conjunto y producen una forma de ser, una forma
de reaccionar.
“Los hijos contemplan el amor de sus padres,
los momentos de armonía y afecto y eso les da seguridad y les enseña la belleza
del amor fiel, y duradero”. (B. XVI Discurso en Valencia el 8-7-06).” El amor
recíproco de los esposo es el primer gran don que necesitan los hijos para
crecer serenos, para ganar confianza en sí mismos y confianza en la vida. Los
hijos quieren ser amados por una madre y un padre que se aman (B. XVI Discurso al Consejo Pontificio para la
familia. El 8-2-2010).
Muchos conocimientos se adquieren
en la vida: aprender a conducir, una carrera universitaria o profesional, etc.
pero los significados fundamentales de la vida se obtienen en la familia:
significados de confianza, amor, aceptación del otro, lealtad, respeto,
solidaridad, etc.
2. Quehacer fundamental de los padres.
El niño, el adolescente, el
joven, tiene que ir consiguiendo aspectos profundos para su vida. Tres son muy
esenciales:
• La educación de la voluntad.
♦
Formación de la conciencia.
• Formación en la solidaridad.
Hay educación de la voluntad
cuando se trabajan las virtudes, se desarrollan y se ejercitan, puesto que toda
virtud tiene su asiento en la voluntad y recíprocamente, si queremos que haya
voluntad tiene que haber un denodado ejercicio virtuoso.
Ahora bien, el acto más propio de
la voluntad es el amor. Educar la voluntad es educar en el amor y para el amor.
Educar la voluntad de un niño es educarle en el amor a sus padres, a sus
hermanos, a sus abuelos, a sus amigos, a sus educadores, y a sus obligaciones. Por consiguiente, educar la voluntad es
educar en la verdad, en la bondad y en la belleza (las tres grandes propiedades de una vida).
La auténtica voluntad une amor y verdad;
amor y bondad.
Solidaridad -también puede llamarse
generosidad- es opuesta al
"individualismo.
3. Hacer "Grandes" a los hijos.
Son los padres, los mejores
educadores: Unos padres capaces de crecer y transformarse (Torelló, 1991),
puesto que los educadores educan cuando han obrado en sí un conjunto de
transformaciones por las que llegan a ser mejores personas. Porque "los
padres no han transmitido al hijo de una vez para siempre, en el momento de
engendrarlo, sus disposiciones naturales; continúan influyendo sobre él con su
modo de ser propio, según las leyes de su propia constitución, que, desde luego,
coinciden en gran parte con la del hijo; comprenden a los hijos gracias a la
íntima llamada de su propia sangre, de su instinto, por esta razón, si son
normales, pueden obrar idóneamente con mucha mayor facilidad que cualquier
educador ajeno a la familia" (Hans Asperger: "Pedagogía
Curativa". Ed. L. Miracle, página 103).
4. Gran medio: Un entorno familiar "saludable".
"Un entorno hogareño,
escolar y social saludable estimula la autoestima, el sentido de pertenencia a
un grupo, el sentido de hermandad, de justicia, ...
Para ello es importante la
presencia estable de adultos que sirvan de modelos y proporcionen apoyo, ánimo,
comprensión, sentido de disciplina, dirección y que enseñen al chico a
discriminar entre el bien y el mal.
Por el contrario, bajo condiciones
perjudiciales de abandono, inseguridad, privación, falta de afecto y abuso
físico o psicológico, las criaturas tienden a adoptar un talante desconfiado,
dubitativo y temeroso." (LUIS ROJAS MARCOS: Las semillas de la violencia. Espasa
Calpe).
5. Familia y madurez humana.
La familia es preparadora de hombres y para
ello debe procurar que los chicos maduren. Se hace madurar:
A. Combatiendo aquello que
retiene en la inmadurez: egocentrismo, permisivismo, materialismo, ...
B. Con un plan de fomento de los
servicios, de la solidaridad y la comprensión.
C. Así hasta llegar al compromiso
personal del chico. Los compromisos hacen madurar.
6. Educación y tiempo.
Escribe Penélope Leach: "Lo
que los niños necesitan es el tiempo de sus padres, el tiempo para crecer, el
tiempo para disfrutar de su infancia,... "Los niños necesitan atenciones
personalizadas y duraderas. Es decir, cada persona necesita lazos afectivos
duraderos para poder crecer emocionalmente.
"La sociedad ha convertido
el desarrollo y educación de los niños en una auténtica carrera, cuando este es
un proceso que irremediablemente necesita tiempo.
7. Actitudes de los
padres que ayudan a educar.
Individualmente, cada cónyuge: Ejercer una educación
intencional con actitudes como las siguientes:
- De guía, conductor.
- De ejercicio de la autoridad justa y madura.
- Creatividad. Ser creadores de confianza; serenidad;
afecto; fortaleza; lealtad; espíritu de renuncia; respetuosidad; comprensión;
generosidad; orden; constancia; de ideales nobles.
CON UNA PERMANENTE ACTITUD POSITIVA ANTE LOS HIJOS.
- De paciencia. - Acogedora y amable. - Sinceridad. - De
constructores de hombres de voluntad.
Hay una serie de detalles entre los padres que también
ayudan a educar. Cosas tan normales y posibles como:
- evitar el nerviosismo; saber serenarse. - usar de mucha prudencia en contestaciones.
- respetarse y respetar. -
profundizar en el conocimiento del cónyuge.
- cuidar los detalles de comprensión. - saber olvidar y saber perdonar.
- cultivar el buen humor: hacerse un estratega del buen
humor.
- cultivar alguna afición compatible con la disponibilidad.
- valorar la opinión del cónyuge. - Saber cambiar de planes.
- ser muy exigente consigo mismo en cuestiones de orden.
- saber esperar la realización de algo durante años.
- saber hacer las paces, etc.
8. Formación de la
conciencia.
Hay una lucha entre instintos y valores, lucha que es fruto
de la conciencia.
La conciencia enjuicia constantemente nuestros actos, su
bondad o maldad.
La conciencia se mueve en una determinada escala de valores,
formada por la concepción que tengamos del hombre, del mundo y de la vida. Los
valores deben estar jerarquizados.
Para formar la conciencia, las primeras experiencias infantiles son
importantes.
La conciencia se educa teniendo en cuenta:
• El domino
de los instintos. *
El cultivo de la afectividad.
• El
fortalecimiento de la voluntad. *
La formación del entendimiento.
• El
esfuerzo personal en la realización de las tareas.
• Educación
en la fe, “que es la cumbre de la formación de la persona… para eso es
imprescindible la existencia del testigo… El testigo remite a Alguien más grande que él:
Jesucristo”. (Benedicto XVI. A la Asamblea Eclesial de la Diócesis de Roma,
6-6-05).
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