miércoles, 2 de marzo de 2022

LOS 250 DE HARVARD


La Universidad de Harvard ha hecho una investigación sobre doscientas cincuenta alumnos que finalizaron sus estudios con calificaciones altas. Luego en la vida y en sus profesiones, algunos consiguieron lo que podemos llamar una vida feliz y satisfactoria y otros no.

Echando una mirada a los primeros, ¿qué factores han sido decisivos en sus vidas? Tres: pelearon y consiguieron vivir con virtudes, han cuidado y atendido a sus amistades y han constituido unas familias sosegadas y estables.

Virtudes, amistades y familia. Comencemos con las virtudes. He elegido cuatro: agradecimiento, magnanimidad, justicia y templanza.

El Ingenioso hidalgo, dirige a Sancho las palabras siguientes: “Entre los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse. Que de los desagradecidos está lleno el infierno.

“El magnánimo es capaza de hacer el bien y en cambio se avergüenza de recibir favores. Se ocupa más de la verdad que de la opinión. Tampoco es rencoroso. A la magnanimidad se opone la pusilanimidad”. (A Nicómaco. Libro IV, 3).

“En la justicia se encuentra resumida toda la virtud”. (A Nicómaco, Libro V, 1. De Teognis 147).

“Afligirse más de lo debido por no alcanzar cosas placenteras es intemperancia. Mientras que el templado no se aflige ante la ausencia de lo placentero. Por consiguiente, el intemperante desea todo lo que es placentero… y se aflige cuando lo pierde”. (A Nicómaco. Libro III, 11).

Sobre la amistad.  “Sin amigos nadie desearía vivir aunque poseyera todos los demás bienes. Si el hombre bueno se convierte en amigo, se convierte en un bien para aquel de quien es amigo”. (Ética a Nicómaco. Libro VIII, 5).

La amistad fue y es uno de los mayores valores de una vida. Una persona sin amigos es un infeliz. Sin embargo, cultivar la amistad requiere tiempo, comprensión, lealtad y afectos. Nadie se engañe: no le dedicas tiempo, pues languidece tu club de amigos.

Y la familia. Dice Gregorio Luri: “Una familia normalita es un chollo psicológico”.  Cierto. Entre tal desbarajuste de parejas, encontrar la familia normal: la que se fundó por amor, crece por amor, se sacrifican todos por amor y permanecen unidos por amor -aunque haya días o momentos en los que cueste- es una joya de gran valor. 

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