Alexandr Men, escribe: “Desde la mañana de la resurrección, los siglos han pasado en un abrir y cerrar de ojos.
Han surgido y se han derrumbado imperios; han desaparecido
civilizaciones; revoluciones militares, políticas y sociales han cambiado el
ordenamiento del mundo. Pero aquella pequeña comunidad de pescadores fundada
por Jesús de Nazaret, su Iglesia, sigue en pie como una roca en medio de un mar
encrespado.
Y aquel credo que en los primeros días profesaban unas pocas
decenas de personas mueve hoy a miles de millones de habitantes de la tierra
que hablan lenguas distintas y han dado origen a las más variadas formas de
cultura.
Cuando el anuncio del evangelio irrumpió como un viento
fresco en el caduco mundo antiguo, llevó la esperanza a los humillados y a los
desesperados, infundiéndoles energía y vida. El cristianismo condenó a los
opresores, elevó a la mujer a una nueva dignidad y provocó la erradicación de
la esclavitud.
Más adelante, en los jóvenes Estados occidentales, constituyó
la base de la civilización y de la cultura, poniendo la autoridad moral y
espiritual por encima de la fuerza bruta”.
Alexandr Men nació en 1935 en Moscú, de padre judío y madre convertida al cristianismo en la Iglesia ortodoxa. Ordenado sacerdote, centró su actividad pastoral en parroquias del Estado soviético, al mismo tiempo que escribió y publicó clandestinamente numerosas obras. Fue asesinado a hachazos por unos desconocidos el 9 de septiembre de 1990. Es autor del libro: Jesús, el maestro de Nazaret.
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