Sonia y Tony son hermanos de 16 y 14 años respectivamente.
Durante los largos años de la infancia, sus padres han estado pendientes de
educarles en las cuestiones fundamentales. Ahora en plena adolescencia, al
igual que la mayoría de los chicos de este período, se sienten incomprendidos y
el centro de todo. Se encuentran por lo tanto en esos momentos de cambios, de
nuevos intereses, de inseguridad y de fuerte discrepancia con los padres. Es
decir, con un cerebro aún en vías de formación, saturación hormonal, nuevos
estímulos y repetidas fuerzas instintivas, o sea, en pleno desarrollo biológico, social, emocional y
cognitivo. Y con un incesante aparecer de pensamientos ilógicos en su transcurrir
diario, por eso decía Gracián que el hombre para ser del todo perfecto,
“necesitaría tener una chimenea en la coronilla por donde se pudiesen exhalar
los muchos humos que continuamente están evaporando del cerebro”.
A esas situaciones más o menos comunes a todos, añaden Sonia
y Tony una larga relación de comportamientos que deterioran la vida del hogar:
frascos abiertos, dejar el lavabo sin limpiar después de usarlo, vasos y
latas de bebidas que aparecen en el
salón, en los dormitorios, en todas partes, ropa descolocada, peines en lugares
inverosímiles, cuadernos y libros de textos que cuando se buscan cuesta
encontrarlos... Pero eso sí, pasan horas ante el televisor, yendo de un canal a
otro, para después tener que aplicar el teorema de Pitágoras para poder
encontrar el mando que sabe Dios dónde lo han dejado. En fin, una gran cantidad
de abandono en el cuidado de pequeños detalles que perturban la convivencia y
la tranquilidad y sosiego de sus padres.
Viven despreocupados de las tareas domésticas sin colaborar
en su realización y sin tener en cuenta
a los demás de su hogar. Ciertamente las ocupaciones de la casa puede ser algo
molesto para los adolescentes, sin embargo, es necesario que las tengan por un
sentido de servicio, de autodisciplina y de mejor integración en la vida
familiar.
Pero hay muchos Sonia y Tony que con actitudes muy similares
desorganizan la vida familiar, en cuestiones de orden menor, si se quiere, pero
que alteran la serenidad que debería reinar en el entorno familiar.
¿Qué hacer ante esas
situaciones?
Desde luego hay que educarles, especialmente en dos ámbitos:
en el servicio a los demás y en la generosidad, porque pasados los años, si no
han conseguido incorporar esas dos actitudes en su vida, no serán felices, no
podrán construir una familia dichosa y si deciden casarse, harán muy penosa la
vida de su pareja.
Los padres tienen que arreglar esa situación, para lo cual
deberán conocer una serie de recursos educativos.
Hablaremos de algunos.
1. La
biblioterapia. Que es una técnica educativa mediante el uso de materiales de
lectura que ayudan a los jóvenes a comprender mejor los problemas. Los
personajes de los libros ofrecen soluciones a problemas y situaciones, además
de que el lector libera tensiones emocionales con la identificación con los
personajes. Muchísimas novelas de la literatura juvenil ofrecen valores en este
sentido.
2. El proyecto de
desarrollo personal. Con el que se puede
conseguir y reforzar habilidades de saber escuchar, de ser capaz de seguir
instrucciones concretas, de saber compartir, de ser capaz de pedir perdón, de
autocontrolarse ante una frustración y por supuesto, de ser colaboradores en
las tareas del hogar.
3. Un plan
personal de acción. Es un programa
expuesto por la Orientadora Repetto Talavera. Es una planificación de las
acciones, con los pasos necesarios para llegar al éxito. El método consiste en
entregar al adolescente la Hoja de Trabajo que se describe a continuación. Él
tendrá que elegir el aspecto que desea
trabajar y completar la hoja como tarea que mediante su cumplimiento le irá
conduciendo a conseguir la meta elegida.
Hoja de Trabajo.
A. Aspecto
elegido a trabajar:
B. ¿Qué
podría impedirme alcanzar esa meta?
* Falta de capacidad o de los conocimientos
necesarios.
* Carezco de la motivación y el interés
precisos.
* Temor al fracaso.
* Realmente el aspecto elegido es demasiado
difícil para alcanzarlo.
* Otras
razones pueden ser:
C. ¿Qué
podría hacer para evitar que los factores mencionados me impidan alcanzar el
aspecto elegido:
D. ¿Quién
puede ayudarme?
E. ¿Qué
cosas positivas podrían suceder si yo consigo ese aspecto?
F. ¿Qué
cosas podrían suceder si yo no alcanzo la meta elegida?
G. ¿Cuáles
son los primeros pasos que podría dar para alcanzar mi meta?
H. ¿Qué más
debo hacer si deseo tener éxito?
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