Ante una relación de noviazgo y
durante ella, hay que ir construyendo una cultura de fidelidad, de unidad, de
generosidad y de apertura a la vida. En el caso contrario, se construiría una
cultura de consumo, aunque a eso lo llamen amor.
La mujer que se deja usar en
el noviazgo, ha ofrecido al varón una
distorsión que después de casados no tiene fácil arreglo.
“La separación, el divorcio, el
matrimonio roto y los hijos que crecen sin el propio padre o la propia madre,
son en un alto porcentaje ya estudiado por sociólogos, consecuencia lógica de
una irresponsable manera de enfocar el noviazgo” (J. Abad Gómez).
Entablar una relación con el ofrecimiento: estoy sexualmente disponible, es ir al abismo.
Respetar la intimidad.
“Las expresiones corporales de cariño tienen sentido cuando
hay un verdadero amor entre las personas. No basta con una atracción física o
con el simple enamoramiento afectivo, debe haber ya un comienzo de amor
personal. Sólo entonces, es verdad que esas caricias son expresiones de amor”.
(Mikel Gotzon Santamaría. Saber amar con el cuerpo Ediciones Palabra. 1996).
“Sin pudor, podemos
reducir el afecto y la sexualidad a obsesiones que nos concentran sólo en la
genitalidad, en morbosidades que desfiguran nuestra capacidad de amar y en
diversas formas de violencia sexual”. Amoris Laetitia nº282.
La intimidad entre amigos no es la
misma que la que existe entre novios, distinta, a su vez, de la que existe
entre esposos.
Los bienes tienen que estar
integrados en la totalidad de la persona. Entre ellos, la sexualidad.
Castidad.
“Se llama pureza o castidad, al
entrenamiento necesario para que el cuerpo sea siempre expresión e instrumento
del amor generoso del alma. Es una virtud que consiste en dominar el cuerpo de
modo que no vaya a por el placer inmediato y egoísta, sino que actúe al
servicio del amor auténtico”. (Mikel).
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