Una
educación en la excelencia, precisa de todos los recursos que sean posibles
para alcanzarla, tanto personales como materiales.
Un apoyo
personal que hoy toma más relieve, es el de los abuelos. El trabajo, a veces demasiado
intenso de los padres, da realce a la importante aportación que los abuelos
pueden hacer en la educación de los pequeños, de los adolescentes y jóvenes.
Su
contribución a la excelencia será importante y decisiva si además de actuar en
ocasiones como “canguros”, se implican en transmitir a sus nietos, costumbres,
tradiciones, historia y valores educativos, con los que ellos crecieron y han
vivido. No se puede arrinconar y olvidar todo aquello que contribuyó a formar
estupendas personas en años anteriores.
Un capítulo
en el que los abuelos pueden hacer un gran bien, es en transmitir a sus nietos,
el amor a la lectura. Aquellos libros que a ellos apasionaron en su Juventud.
Ese amor que tuvieron y tienen por lo mejor de la literatura española, es un
gran acierto para que lo trasladen a sus
actuales pequeños y menos pequeños de la familia. Y todo eso puede
perfectamente ser mediante la conversación estimuladora con los nietos.
Los chicos
de hoy necesitan modelos, y los abuelos, pueden ser modelos de esfuerzo, de
respeto, responsabilidad y educación, puesto que en esos parámetros
transcurrieron sus vidas.
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