viernes, 3 de junio de 2016

EL BUEN LECTOR. 2




Ya se expuso en la entrada del pasado 22 de febrero, que en el camino hacia la excelencia aparece la necesidad de ser un gran lector. Hay que lograr que nuestros chicos sean unos magníficos lectores, grandes amigos de los libros. También en la del 19 de febrero, al tratar sobre los alumnos con Premio Extraordinario de Bachillerato, se dijo como estos chicos aman la lectura a la que dedican la mayor parte del tiempo libre.

Y todo eso, porque no podemos olvidar que estudiar es elegir y seleccionar. Se elige un tema o unos objetivos, se seleccionan ideas y argumentos, a la vez que otros se desechan o se abandonan. Y elegir y seleccionar es necesario para aprender, pero elegir y seleccionar es leer. El amor la lectura es cuestión básica para el que dese aprender. Leer es desentrañar una página,  un capítulo o un tema. Leer y releer el objetivo previsto para la sesión de estudio y de aprendizaje. En ese proceso de leer y releer y escoger lo esencial, en un determinado momento, se suele encontrar una frase que es síntesis y clave fundamental de lo que se está leyendo. Esa frase hay que recogerla y guardarla, porque hemos encontrado el núcleo del tema que leemos y estudiamos.

Ahí se aprecia claramente la conveniencia de que especialmente el estudiante, todo estudiante, esté muy motivado hacia la lectura y que la domine con la mayor perfección posible.

Examinaremos qué es leer bien, y ofreceremos a los estudiantes  un cuestionario sobre la lectura

LA FORMACIÓN DE GRANDES PERSONAJES

THOMAS JEFFERSON (1743-1826). Tercer Presidente de los EE. UU.

A los nueve años comenzó a estudiar latín, griego y francés. A la edad de dieciséis años estudió filosofía, matemáticas, historia y ciencias. También se dedicó a perfeccionar su francés. Practicaba el violín y leía a Tácito y a Homero. Estudiaba unas quince horas diarias. Fue autor de la Declaración de Independencia de los EE.  UU.



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