viernes, 24 de diciembre de 2021

EL FUTURO DE LA FAMILIA


 Aristóteles dijo que el hombre es un ser político. Su finalidad esencial y única es convertirse en un buen ciudadano de la polis. Por eso, es afortunado el que crece entre personas libres, maduras, estables y con carácter firme y seguro. Muy negativo es vivir con personas líquidas, sin solidez ni estabilidad: en inmadurez prolongada y sin convicciones fuertes.

Somos persona desde el momento de nuestra concepción y nacimiento, que se constituye por una relación interpersonal con otros, cuya primera comunidad es la familia.

La atención a la familia es pues, una tarea fundamental de toda persona. También los hijos deben ser partícipes de esta misión, con actividades y comportamientos adecuados a la edad de cada uno.

Sin embargo, son el padre y la madre, los agentes esenciales de lograr una relación amable, sana y constructiva entre todos los miembros, con un proyecto ilusionador, inteligente, cercano y posible.

Son también los padres los creadores, con la colaboración de las instituciones educativas, de hijos libres, maduros, estables con carácter fuerte y firme. En ello nos va la estabilidad y mantenimiento de una sociedad sana y lo más perfecta que sea posible según cada época y tiempo.