viernes, 7 de julio de 2017

CONOCE A TUS HIJOS: EL DISTRAÍDO


Los chicos con dificultades de atención-concentración, exclusión hecha de la hiperactividad y de las aptitudes intelectuales inferiores, suelen presentar distracción como consecuencia de algunas de las siguientes causas:

A. Inmadurez. Son chicos bastante infantiles que se distraen con todo, su voluntad es muy débil. Es preciso trabajar con ellos para conseguir un mayor grado de maduración intelectual. Para ello su tiempo de estudio debe estar muy dirigido. El estudiante deberá informar diariamente con todo detalle a la persona que está encargada de su control. Con esa persona acordará el plan diario de trabajos: qué va a estudiar primero, cuánto tiempo; qué hará después. Distribución para cada asignatura, etc.

Utilizar con ellos motivaciones positivas: felicitarle porque hace cosas bien, etc. Para ello hay que examinar qué metas proponerle con el fin de que se le pueda felicitar merecidamente.
El uso por parte de estos muchachos de un cuaderno o agenda en el que anote todo lo que tiene que estudiar o hacer para el día, o los días siguientes, es muy provechoso.

B. Trastorno de un neurotransmisor.  Chicos con un índice de atención extremadamente débil, sin hiperactividad. Son incapaces de concentrarse aun trabajando directamente solos con un adulto.

El origen suele ser el tener inmadura una pequeña zona del cerebro. En esa zona se segrega una determinada sustancia química que es un neurotransmisor. Al faltar esa conexión, la capacidad de atención está deteriorada. Normalmente este tipo de inmadurez se produce cuando no se ha solicitado la atención del niño, en la edad en la que le corresponde desarrollarse en la zona donde se segrega la sustancia que conecta los núcleos nerviosos de la atención. Son periodos de la vida infantil en los que el niño no hizo pequeños esfuerzos para fijar la atención.

En este caso el chico debe visitar un neurólogo que normalmente suele indicar un tratamiento de vitaminas que hacen la función de catecolominas y facilitan la atención estimulando al organismo a segregarlas. No es necesario tomarlas mucho tiempo.

C. Pereza. Son chicos que no sufren un problema de atención real, es propiamente la pereza el problema, y por ella presentan una actitud de distracción muy frecuente: sin aplicarse a un objeto es naturalmente facilísimo la dispersión.

Hacia una mejora de la concentración.
 1. Atención visual.
a). Con un tablero de Parchís o Ajedrez-Damas, y sus correspondientes fichas. Un alumno retira una ficha y vuelve a colocarla en el mismo lugar; un segundo debe retirar la misma ficha y una más, reponiendo las dos en el mismo lugar; el primero deberá recoger las dos mismas fichas que tomó el segundo alumno, elegirá una tercera y las repondrá en sus sitios; y así sucesivamente.

b). Presentar al alumno un grupo de polígonos recortados en cartulina y ordenados de acuerdo con el criterio: "menos lados que". Que los observe.
Se le retiran y entregan para que los coloque en el mismo orden.
Cambiar el criterio para realizar un ejercicio similar.

c). El adulto le enseñará 7 u 8 láminas de un libro en los que aparecen diversas acciones. Se le dice: "fíjate en lo que hacen", y se continúa lámina, tras lámina.
Después el niño repetirá y dirá que acciones vio.

 2. Atención auditiva.
a). El profesor  o los padres contarán una breve historia: dos o tres personajes, y dos o tres acciones. El chico a continuación deberá repetir la misma historia.

b). El profesor o los padres dirán series de familias de palabras (6 ó 7 palabras). El estudiante deberá repetir las mismas palabras  a continuación.

c). El profesor dirá una serie de palabras relacionadas con un lugar (por ejemplo la playa: arena, bañador, sombrilla, ola, flotadores, etc.). El alumno a continuación debe repetir las mismas palabras.

d). El adulto pondrá 4 ó 5 objetos encima de la mesa y dirá tres palabras relacionadas con cada objeto. (Ejemplo: colocado un teléfono, un cigarrillo, un bolígrafo y unas gafas dirá las siguientes palabras: ruidoso, tóxico, pequeño, valioso, necesarias, etc, etc.). A continuación el muchacho debe repetir las palabras que convengan a cada objeto.

 3. Atención y Gimnasia.

El chico disperso puede también mejorar la capacidad de  concentración, realizando con constancia un método de gimnasia rítmica.

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