lunes, 23 de mayo de 2016

EL PUDOR

 
SU ORIGEN.

La Biblia narra que cuando Dios creó al ser humano, “estaban desnudos, el varón y la mujer, sin avergonzarse de ello” (Gen. 2, 25). Su falta de vergüenza no era una desvergüenza. No la necesitaban por el estado de inocencia de su conciencia. No había desorden en su intimidad.

Más adelante, el texto bíblico nos dice después del pecado de desobediencia: “Se abrieron  los ojos de ambos, y entonces, viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos cinturones” (Gen. 3, 7). Ha habido un cambio. Antes del pecado estaban desnudos y no tenían vergüenza y después, sí.

De la inocencia al pecado.

En la primera situación no tenían vergüenza por el estado de inocencia, como ahora sucede en los bebés o en los niños o en algunas tribus primitivas que actualmente pueblan algunas regiones. Después del pecado, perdieron aquella inocencia. Antes se veían como los veía Dios.

Atraer. Seducir. Provocar.

Con relación a la intimidad personal se puede distinguir entre:

Atraer. Lo bello atrae. Respeta la libertad de quién lo contempla.
Seducir. Es el modo de cómo se atrae. Puede ser positivo o negativo
Provocar. Se actualizan fuerzas que esclavizan. Pueden ser fuerzas instintivas.


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