miércoles, 24 de julio de 2019

PRIVAR AL NIÑO DE SU PADRE O DE SU MADRE



Anne-Laure Debaecker entrevista en Valeurs Actuelles a Christian Flavigny, psiquiatra infantil del Hospital Pitié-Salpêtrière de París, a propósito del anuncio del gobierno francés en junio de 2019, sobre una ampliación de la reproducción asistida. Expone Flavigny lo siguiente:  
“Privar a un niño de padre o madre daña su desarrollo psicoafectivo, cuestión que ocurre cuando se desprecian las necesidades psíquicas y sociales fundamentales del niño.  Él insiste a través de su experiencia como psiquiatra. Habría que permitir que el niño formara parte de un vínculo familiar coherente.

Yo no discrimino a nadie, añade, y estoy abierto a la diversidad en los modos de crear una familia; pero lo que hay en juego es la integración del niño. Si un niño es criado por dos personas del mismo sexo, no es en el mejor interés del niño hacerle creer que el compañero o compañera del mismo sexo es un segundo progenitor, imponiéndole así la idea irrealizable de que la concepción es posible entre dos personas del mismo sexo. Esto es engañarle sobre su comprensión exacta de cómo llegó a la familia.

La esencia del proceso de procreación es el carácter incompleto de ambos sexos: el hombre y la mujer sólo pueden ser padres gracias a su encuentro mutuo. No existen "parejas heterosexuales" dotadas de un potencial procreador que les faltaría a las "parejas homosexuales". Lo que hay son hombres y mujeres que se unen, y a través de esta unión transmiten el proceso de procreación heredado de sus padres y de sus abuelos. Lo que se está haciendo es restar importancia al hecho, fundamental para el equilibrio psicoafectivo del niño, de que su origen procede de la relación basada en la concepción entre un hombre que es su padre y una mujer que es su madre. Priorizamos la "fabricación del niño" sobre la procreación del niño.

Por la psicología femenina, la mujer tiene la capacidad de devolverle a su hijo su propia mirada interior respecto a sí mismo, vinculada sobre todo a lo que ella vive durante el embarazo. El padre queda fuera del dúo madre-hijo y ésa es su función, ya que él permitirá a su hijo alejarse del vínculo maternal que, ciertamente, es fundamental, pero que también conlleva cierta problemática, el exceso de unión. Sólo un hombre puede desempeñar la función paternal, adquirida en la relación con su propio padre.

-La eliminación del padre socava el referente de autoridad, principio que libera al niño del control materno. La consecuencia social es inevitable, y ya podemos verla en los casos de radicalización, en los que los jóvenes, que sabemos que carecen de vínculo paterno, a falta de dicho referente que les defina, lo buscan y lo encuentran en alguien lo más autoritario, caricaturesco y bárbaro posible. Al socavar la figura paterna, estamos privando a los jóvenes de un punto de referencia coherente”.
¡Feliz verano 2019!



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