viernes, 19 de julio de 2019

ESTUDIOS UNIVERSITARIOS Y EL PARO



Recientemente llega la noticia -la hemos leído o la hemos escuchado-, en la que se dice que “cuatro años después de terminar sus carreras, muchos universitarios españoles estaban aún sin trabajo, y se añadía, que en parte la razón era su deficiente o insuficiente preparación”.

Conocemos el problema y sabemos cuál es su causa. Pongámonos a tratar una solución. Creo que tenemos una Educación Primaria sólida. Pero no ocurre lo mismo con la Secundaria y el Bachillerato.

Es verdad que los chicos y chicas de Secundaria se encuentran con nuevos intereses, mayor deseo de independencia, nuevos estímulos muy atractivos, encontrarse en las asignaturas con la aparición de conceptos abstractos y carencia de cualidades para enfrentarse con el amplio bagaje que Secundaria y Bachillerato.

Por lo tanto, hay ponerse a trabajar en pro de una Secundaria y Bachillerato mejores: que les faciliten a los estudiantes esas cualidades de las que carecen y probablemente que ni siquiera se han puesto a descubrirlas. Me estoy refiriendo a la educación de la voluntad, a la formación del carácter, al valor del esfuerzo personal. Cualidades que ya deberían haberse trabajado en los años de Educación Infantil y Primaria.

Pero hay un dato que me deja perplejo: las noticias es que año tras año, aprueban la Prueba de Acceso a la Universidad entre el noventa y el noventa y siete por ciento de los alumnos que se presentan. ¿Cómo con tal número de aprobados luego se puede afirmar que han finalizado las carreras universitarias con una deficiente preparación? ¿No habría que ser algo más exigentes en este examen que da la entrada a la Universidad y a las Escuelas Politécnicas?

Pero volvamos a las cualidades imprescindibles para llegar a ser un buen  estudiante. No nos apartemos de la búsqueda de la excelencia. En la educación y en la enseñanza, todo avance en la excelencia es una dichosa ventura. Es un avance que irá acompañado del amor por ser buena persona, por la formación del carácter y por unas asignaturas. Oigamos a Canfield y Wells: “El camino más efectivo para estimular a una persona a desarrollar todo su potencial es concentrarse en sus puntos fuertes. Desgraciadamente, muchos niños y adolescentes no encuentran nada positivo y valioso en sí mismos. En general, las personas tienen más conciencia de sus limitaciones que de sus capacidades y recursos.” Y también a Alfred Sonnenfeld: “El buen carácter perfecciona nuestra naturaleza humana. Es el que capacita al sujeto para que actúe cada vez mejor en cuanto hombre… y procura conseguir una vida lograda (feliz) gracias a sus elecciones personales”.

O sea, que ayudar a los estudiantes, a cada chico/a, a que conozca sus puntos fuertes y a la dedicación a la formación de su carácter, es medio muy conveniente para que logre la madurez necesaria para realizar unos muy buenos estudios superiores y un mayor grado de bienestar.

Apunto con detalle cómo lograrlo:  Tener ideales. Con orden. Trabajar con un plan. Con cultivo de la sobriedad y la generosidad. Constancia en el trabajo. Sabiendo superar las frustraciones. Con una importante educación de la voluntad. Tomando determinaciones y ejecutarlas. Y con sentido crítico.
Lograrlo es ir en busca de la excelencia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario