viernes, 2 de noviembre de 2018

Cuento de León Tostoi



SER SEGÚN ME TRATAN
Hay un cuento de León Tolstoi en el que un zapatero invita a cenar en Nochebuena a un mendigo y su mujer le increpa. El invitado se va empequeñeciendo y afeando a medida que oye los insultos y siente los desprecios. Al final, cambia de actitud la mujer y comienza tratarle con afabilidad y darle bien de comer. Ante la perplejidad del matrimonio aquel hombre mejora. Crece y su rostro embellece hasta convertirse en lo que era… ¡un ángel! Al ser preguntado sobre por qué no lo había dicho antes, respondió: “siempre soy ángel pero me manifiesto como ángel cuando me tratan como tal”.

El cuento facilita algunas ideas:
-         Meterse con los demás, criticarles despiadadamente, les hará subestimarse.
-         Es más fácil bajar la autoestima de una persona que subirla.
-      Realmente, el cuento se cumple: estar o vivir en un ambiente donde se nos trata bien, además de estar más cómodos, somos realmente como somos. Nuestra personalidad real aparece sin inconvenientes.
-  Vivir en un ambiente en el que se nos desprecia, además de la incomodidad de permanecer allí, nuestra personalidad se esconde, sufre y se altera.
-   La conclusión puede ser: respetar la libertad de la persona y procurar que pueda desarrollar plenamente su personalidad.
-   ¿Esa conclusión significa que no hay que combatir,  y alumbrar los errores de una determinada persona?
-      Por supuesto que hay que descubrir los errores que se aprecien, pero no destruyendo. Los errores se trabajan y modifican utilizando argumentos nobles y sólidos.
-       Realmente no existe la persona perfecta, ni los padres perfectos, ni los hijos perfectos, pero proponerse la meta no de la perfección, tan difícil o imposible, pero sí la de la mejora personal, es una de los más claros objetivos que dan sentido a una vida.


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