Podemos llamar inmaduro al chico que sufre un retraso, según su desarrollo
evolutivo, en la consecución de los prerrequisitos necesarios para realizar
fácilmente un determinado aprendizaje.
Si entre las exigencias de una tarea prevista para su curso,
y las capacidades del chico de inteligencia normal no hay adaptación, es que
estamos ante un sujeto inmaduro.
Durante toda su infancia el niño lo que hace es madurar.
Mediante el paso por la infancia, paso que debe vivirlo bien, el chico va
aprendiendo conductas que le permitirán recorrer adecuadamente la etapa
siguiente.
La inmadurez puede ser:
I. Neurofuncional. Es la que comprende alguna alteración en:
• La definición de la lateralidad: posiblemente diestros de
mano y pie y zurdo de ojo/oido. Es la más frecuente.
• El dominio del esquema corporal. Se muestran ausencias de
rasgos corporales esperados en el dibujo del ser humano, de acuerdo con los
items evolutivos experimentados.
• La orientación espacio-temporal.
• Torpeza motriz.
• En la coordinación visomotora. La reproducción de lo que "ve bien" es inmadura.
II. Psicolingüística. Puede consistir en un retraso:
• En la comprensión de palabras habladas.
• En la relación de palabra con su significado.
• En la expresión de ideas.
• En la locución.
• En la correcta descodificación de los sonidos.
Muy frecuentemente la inmadurez aparece asociada a otras
señales: hiperactividad, déficit de atención, dispersión, dificultades de
adaptación con chicos de su edad, débil memoria, atolondramiento, retraso
motriz, dificultad en asimilar conceptos y pasar de unos a otros, ...
Como la maduración y el aprendizaje facilitan conjuntamente
el desarrollo de una conducta determinada, este tipo de sujetos ofrecen
repetidamente en el aula y en la relación con sus semejantes, conductas
impropias, algo llamativas: encajan mal una broma de los compañeros, son
excesivamente quejicas, algo débiles e inseguros, pierden muy a menudo el
material de trabajo, participan en la clase con aportaciones o preguntas
infantiles, intervienen con tontadas, son impuntuales, etc.
El trato con el
inmaduro.
Primeramente no ignorar que en la situación del inmaduro lo
normal es que hayan intervenido factores genéticos y del medio ambiente.
Se debe procurar modificar los factores ambientales, para
facilitarle la consecución de la madurez.
Los padres y profesores le ayudarán:
1. Proponiéndole un plan u orden en su vida. Lo ideal es
poder realizarlo conjuntamente padres y
profesores. Después, exigirle se ajuste a ese plan y lo cumplan.
2. A que sea un buen lector, especialmente de biografías bien
seleccionadas, en las que el personaje principal, luche, a veces triunfará y
otras no, pero continuará luchando.
3. Haciéndole participar en deportes y que se someta con docilidad
a las reglas del mismo.
4. Estimulando y premiando la intensidad, el grado de energía
puesta en sus tareas.
5. Logrando que participe, sirva y ayude en cuestiones
propias de la convivencia familiar y escolar ordinaria: algún encargo propio de
la vida del hogar, colocar y recoger el material de la clase, mantener un
debate o un diálogo, realizar trabajos en equipo respondiendo responsablemente
de su tarea.
6. Enseñándole a hacer el bien, lo que es justo, aunque
cueste.
7. Proponiéndole metas que conlleven mejorar en destrezas:
deportivas, escritoras, dibujos, manualidades, dominio del teclado del
ordenador, tocar un instrumento musical, ballet o danza regional, dramatizar e
interpretar, cocinar, hacer punto, arreglar cosas: pinchazo de bicicleta,
forrar libros, remendar calcetines, coser botones, ...
8. Ayudándole a tomar decisiones y que las ejecute: optar por
un equipo deportivo y no abandonar al menor contratiempo; elegir una asignatura
para profundizar en ella; seleccionar un libro para leer y acabarlo; escoger un
determinado trabajo o actividad escolar y presentarlo finalizado en el momento
acordado, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario