miércoles, 1 de septiembre de 2021

LOS ELEGIDOS


 Estos días estoy disfrutando de una serie, por cierto, gratuita, que se titula The Chosen, los Elegidos. Está basada en los Evangelios y es estupenda. Refleja de un modo plástico el entorno social, religioso y cultural que vivió Jesucristo. La tipología de los fariseos está muy lograda: son los guardianes de la Ley, de la religión, los maestros, los inquisidores, los perfectos. Contrastan los elegidos de Jesús: gente normal, sencilla, con defectos, pero con ganas de superarlos. Su característica es la alegría, la apertura, la libertad. No se alejan de los pecadores, ya que son conscientes de que ellos también lo son. Tienen en común un gran corazón, la alegría de haber sido elegidos para algo grande sin mérito alguno.

Los peores son los que se consideran sanos, los que tienen la solución para los demás y se descuidan ellos mismos. Los hipócritas. En la citada serie, junto al gremio fariseos, se encuentran los ocupadores romanos con los colaboracionistas; también la secta de los zelotes, que quieren restablecer el judaísmo con la violencia. Cada uno de estos grupos vela por sus propios intereses, van a lo suyo y consideran enemigos a los otros. Contrastan Jesús y los suyos, que se dedican a hacer el bien dando gloria a Dios. No se consideran enemigos de nadie, aunque levanten envidias. Al final serán la diana de todos los demás. ¡Qué pena da la pobre condición humana incapaz de reconocer el bien, cegada por sus prejuicios y vicios!

Si realmente estamos preocupados por el cariz que lleva el mundo tendremos que tomar alguna medida; lamentarse y criticar no llevan a nada. Veamos cómo anda nuestro corazón, lo podemos confrontar con nuestras obras. Si todo lo veo mal, si pienso que estoy rodeado de imperfectos, si destilo hiel, si todo me molesta es que estoy invadido por los miasmas. Hay en mi interior una septicemia generalizada. Me vendría bien pararme, aislarme, llamar a las cosas por su nombre: soy esclavo del consumismo, estoy atrapado por la sexualidad, me he encerrado en mi egoísmo, hace mucho tiempo que no me confieso, no soy coherente con mis ideales… Y a recomenzar.

Juan Luis Selma, en almudi.org, el 29 de agosto de 2021.

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