NAZARET ACTUAL
Cuaderno para acercarse a Jesús de
Nazaret
VIDA OCULTA
DE JESÚS. Pensamiento
3.
Hay que continuar con la tarea de conocerle. Nazaret es una
muy buena escuela. Ahí se aprende a escuchar, a observar, a meditar en la
grandeza de la vida sencilla. Ahí, en Nazaret, comenzamos a conocer algo más el
misterio del Corazón de Cristo.
Escribió san Lucas que, Jesús crecía en gracia[1].
En unión con su Padre Dios, crecía como ser humano. María y José le enseñaban.
Probablemente la gente de la aldea diría: “¡Cómo se parece a su Madre!”. Allí
él aprendió y conoció el cansancio, la fatiga, la incomprensión, la sencillez,
la humildad, el cariño, la ternura, la delicadeza… Treinta años de su vida
aprendiendo y conociendo cosas, animales, diversos caracteres humanos y los
sentimientos y emociones.
En aquella su casa, comprobaba que se vivía en el amor, en el
aprecio por las personas y por los animales y plantas. Conocía y vivía en la
estima por sus paisanos. De los tres que vivían en aquel hogar podría decirse:
“¡Mira cómo se quieren!”. Se amaban con obras y con la actitud de que “no hemos
venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida”[2].
Los días y los años de Jesús fueron de trabajos, de hacer
buenas obras. Al realizarlas, al ser Él nuestro Salvador, esas obras se
convierten en redentoras. También las nuestras pueden llegar a ser
corredentoras si se ejecutan según la voluntad de Dios. Realmente esos años de
Jesús en Nazaret, fueron años de familia, trabajo, obediencia y de obras
redentoras.
Estos años de vida oculta encierran estupendas enseñanzas
para los niños y adolescentes, para los jóvenes y los adultos. Es necesario y
conveniente pensar en cómo asumía José su actitud de servicio para su familia,
vecinos, amigos y clientes. Cómo sería esa misma actitud en María. Cómo en
Jesús y partiendo de ahí, planificar la nuestra.
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