Los padres deben comprender la singularidad de cada hijo y
trabajar en añadirle aquellos valores fundamentales para la vida, que observe
que le faltan al muchacho.
Misión pues, importante de los padres es proporcionar tal
educación al hijo, y tal convicción de que la autoridad es elemento
imprescindible en su vida, que es la gran ayuda mediante la cual el hijo podrá
dejar años después una huella en su ambiente, en su posible futura familia y en
la sociedad. En el fondo, que el hijo pueda ver en su padre el timonel en el
que confiar para surcar felizmente los mares de su vida. Es asunto relevante:
cada hijo deberá ir tomando conciencia mientras es educado, y también una vez
finalizada, que él está en la vida y en el mundo para transformarlo un poco o
mucho, depende de varias condiciones y probabilidades.
En fin, que la autoridad debe ser madura y justa y se ejerce
como un acto de servicio a la familia, y en especial a los hijos. Su objetivo,
juntamente con otros muchos factores educativos, es enseñar a hacer el bien.
Para ello, que la familia tenga un mínimo de normas es dese luego, un elemento
positivo para la relación familiar. Debe
tenerse en cuenta que el paternalismo es un mal ejercicio de la autoridad y
debe evitarse. La autoridad descansa fundamentalmente en la presencia de
los padres. Ya lo hemos considerado anteriormente: los padres que funcionan
bien, que tienen prestigio y saben arbitrar correctamente normas y
flexibilidad, no suelen tener problemas con la autoridad. Saben ejercerla sin
crear tiranteces ni angustias.
Pero tener en cuenta que los hijos harán cosas sin consultar;
en otros asuntos informarán a sus padres y en unos terceros, acudirán a sus
progenitores solicitando autorización para algo. Es el mundo de los hijos, no
lo olvidemos. Anticiparse, ante la tarea o encargo que se les vaya a
encomendar, es ayudarles para que se organicen. Por ejemplo:
-
¿Cómo
se va a hacer?
-
¿Dónde
se va a hacer?
-
¿Cuándo
se va a hacer?
-
¿Quién
lo va a hacer?
Las normas que sean pocas, importantes y conocidas por los
hijos. “Así que es lógico que existan sanciones cuando alguna no se cumple.
Sanciones positivas para ayudar a los hijos a cumplir mejor. No es el momento
de hablar de premios y castigos. Sin embargo, sería conveniente destacar dos
puntos importantes:
1.
Estamos
continuamente sancionando el comportamiento de nuestros hijos, dando un beso,
sonriendo, hablando con ellos, mostrando interés en lo que están haciendo. La
sanción no solo consiste en: “que no salgas a jugar”, “que no veas la
televisión”, etc.
2.
Cada
hijo necesita una sanción distinta. Pueden existir unas sanciones, muy pocas,
para todos los hijos. La gran mayoría se adaptarán según las necesidades del
hijo. Como dice Aristóteles: “es tan injusto tratar a iguales desigualmente
como tratar igualmente a desiguales”. [1]
Ya lo hemos dicho también, aceptar al hijo tal y como es y
tratar de comprenderle. La relación de Tobit con su hijo Tobías, puede ayudar a
dar luces y orientación. Los padres ayudarán además a que el hijo se acepte
como es. En este aspecto, es de gran valor ayudarle a que reflexione sobre las
cualidades positivas que posee, y otras que puede adquirir si las trabaja
siguiendo un pequeño plan que él mismo puede confeccionar. Este plan y trabajo
incidirán muy positivamente en su autoestima, luego merece la pena volcarse
ello por el buen bien que produce.
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