El “Nieto Mayor”, siempre te desconcierta un poco. Lo has tenido como nieto único una temporada más o menos larga. Te has fijado más en él, has percibido sus cualidades y hazañas y te haces una imagen de cómo es. Pero pasan los años, bastantes años y ahora adolescentes o joven, ya no te da la misma imagen que creaste sobre él. Ahora, es más reposado, deportista, comunicador y mucho más guapo que cuando era apenas un muñeco que gateaba. ¡Gran mejoría!
Y te fijas en tu nieta “La Rubia”. Siendo aún muy pequeña, un
día descubrió el “espejo”. Y fue su aliado, su amigo, su inseparable. Por eso
“La Rubia”, es muy femenina, elegante, cuidadosa con su aspecto. Por ejemplo,
jamás verás en la Rubia unos pantalones con agujeros en las rodillas. ¡Imposible!
Es opuesto a su carácter. Su punto más negativo es que le falta afán de lucha. Sin
embargo, es dulce y apacible y te recibe siempre con una sonrisa.
Después, percibes que tienes un nieto al que podemos llamar
“Cuarto Creciente”. Es como si la gran meta de su vida fuera crecer y crecer.
Ayer calzaba el número 38; hoy ya calza el 39 y mañana el 40. Lo mismo ocurre
con las tallas de su ropa. ¿Recordáis cómo le hacían crecer los huesos a Wesly,
(el de la Princesa prometida) en la máquina de estiramientos? “Cuarto Creciente”
los hace crecer sin máquina ni artilugio alguno. Y mientras crece y crece nos
muestra que es trabajador, serio, gran lector y amigo de los animales. Casi una
joyita, ¡vamos! Un regalo para un abuelo.
Pero en toda amplia familia también suele estar la
“Romántica”. Desde muy pequeña ya se le apreciaba que estaba adornada por una
amplia colección de sentimientos. Buenos sentimientos, que le ayudaban a ser
cariñosa, cálida, agradable, simpática… Buenas cosas y también peligrosas
actitudes, porque apoyarse excesivamente en los sentimientos suelen jugar
faenas penosas, ya que los sentimientos suben y bajan continuamente: Ayer
estuvieron arriba, pero hoy están abajo. Esperemos que los acompañe con buenas
dosis de razón y sensatez. Ahora bien, la Romántica, suele ser muy buena
persona: responsable, trabajadora, servicial, alegre, risueña. Un lujo de niña.
Muy sociable es rifada por una multitud de niñaaaaaas
Por favor, que nadie olvide al “Novio de la palabra”. Es el
gran devorador del papel escrito. Recogido, silencioso, gran comunicador con el
“Cuarto Creciente” y ¡ya está! Los demás, ¡a imaginarnos su vida! Es un
fenómeno, pero no por su vida deportiva. Lo es por responsabilidad, capacidad
de esfuerzo y de planificar el trabajo y por la agudeza de su pensamiento que,
por desgracia, nosotros no solemos conocer, debido a carácter silencioso.
Cualquier palabra le enamora. Da igual: neutrón o protón; ente o sustancia;
ácido o sales; metáfora o hipérbole; meridiano o paralelo; tartesos o
visigodos; ateísmo o agnosticismo, arquerías o arco lobulado… Es un futuro
catedrático.
Toda gran familia suele tener una pianista, un guitarrista,
un trompetista o una violinista. Y ¿qué decir de nuestra “Violinista”? Pues es
una jovencita bastante silenciosa, algo independiente y con gran amor a la
música. Me encanta su perfil. Me parece el de una imagen griega. Sin embargo,
creo que mejorará mucho con el violín si logra avanzar en orden. Orden de las
cosas y orden personal. Es un reto que le propongo. Y por favor, practica más
con el violín. Creo que fue Liszt quien afirmaba: si un día no practico, lo
noto yo; si no practico en tres días, lo conoce el público.
“La Nieta Menor”, suele estar considerada por unanimidad la
“reina”. Es cierto, y yo, con otros familiares, asistimos a su coronación. Como
buena reina, manda muy bien. Al propio primer ministro lo trae de jaque en
jaque. Pero también tiene muchos momentos simpáticos y agradables. En ellos, el
primer ministro se vuelve blando y condescendiente. Su “gran amor” es un
perrito pequeñito y poco peludo, al que ella besa, acaricia y le hace todo tipo
de perrerías, que para eso es perro. Está en un gran momento de su vida: su
Primera Comunión. Sabe que nada hay mayor que poder tener a Jesús en su
corazón: adorarle y prometerle ciega obediencia. Seguro que lo logrará porque
tiene excelente voluntad.
Pero nada más imprescindible en una gran familia que tener un
nieto “Moreno”. El “Moreno” es punto y aparte: cariñoso, simpático, aventurero,
chistoso, alegre, genial. Es lo más opuesto al invierno o al otoño. Él es la
primavera: todo luz, calor, energía, esplendidez. ¿Quién tiene la palabra acertada,
ingeniosa, positiva y lúcida?: ¡el Moreno! Si quieres pasarlo bien, acércate un
rato al Moreno. Tiene un proyecto algo costoso, pero que enfoca con alegría y
solicitud: la responsabilidad escolar. Pero todos tranquilos, que “Zamora no se
conquistó en una hora”. Y desde luego, estad seguros, que el Moreno es de los
que conquista Zamora. Su mayor defecto: odia el atún y la pasta. También tiene
un plan para resolver esta adversidad. Todos tranquilos y confianza, que el
objetivo será dominado.
Con tal pandilla, un abuelo es siempre un afortunado.
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