Científicas
y artistas, mujeres claves en la Ilustración católica del s.XVIII
Ignacio del Villar / ReL13 marzo 2018
La escritora Francesca
Manzoni
Se trata, al igual que Maria Gaetana Agnesi, de una niña
prodigio que aprendió con rapidez varios idiomas: latín, griego, francés y
español, y que estudió Filosofía Natural, como se le llamaba entonces a las
Ciencias Naturales (Física, Química y Biología especialmente). Tenía por
horizonte reivindicar el papel de la mujer a través del campo al que se
entregó, el de las letras.
Perteneció a varias asociaciones literarias, y su obra más
famosa fue una tragedia que se tituló Esther, la heroína que da nombre a uno de
los libros del Antiguo Testamento. Durante el destierro del pueblo de Israel,
esta judía se convirtió en la esposa de rey de Asuero de Persia e intercedió
por sus compatriotas cuando el ministro Amán concibió el proyecto de aniquilar
a todos los israelitas. Esther reveló a su marido este malvado plan. Así que
Amán fue ejecutado y el pueblo judío se salvó. Francesca Manzoni dedicó esta
tragedia a la emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico Elisabeth
Christine.
La anatomista Anna
Morandi Manzolini
Se trata de la tercera mujer del siglo XVIII que impartió
clases en la Universidad de Bolonia. Su campo fue el de la anatomía. Sustituyó
a su marido Giovanni Manzolini, enfermo de tuberculosis. Asimismo, fue
escultora de figuras en cera donde plasmaba a su marido o a ella misma
diseccionando.
Conviene recordar que el arte de la disección en aquella época
era una auténtica pasión, hasta el punto de que asistían a las sesiones
numerosos espectadores, como si de una obra de teatro se tratara. El Papa
Benedicto XIV fue el principal benefactor de esta singular artista y
científica.
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