La humildad nos llega por la GRACIA de Dios. (pedirla)
Con la
aceptación de las limitaciones y defectos.
Por la
confianza puesta en Dios.
Porque
vivimos en la esperanza.
Por el
olvido de sí mismo.
Con la
Infancia espiritual: confianza y abandono.
Si ocultamos
y silenciamos las buenas obras que hacemos
Si
practicamos la amabilidad.
Si evitamos
los gestos de superioridad.
Si también
evitamos corregir cualquier descuido ajeno.
Al meditar
la Pasión del Señor.
Si
ejercitamos frecuentemente su Presencia.
Al
mortificar la propia opinión en cosa no sustancial.
Al ceder a
la voluntad de otro en cosa no sustancial.
Viviendo en
la VERDAD y en el AMOR.
“Cuentan
de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo
se sustentaba
de unas
hierbas que cogía.
¿Habrá
otro, entre sí decía,
más pobre
y triste que yo?;
y cuando
el rostro volvió
halló la
respuesta, viendo
que otro
sabio iba cogiendo
las hierbas
que él arrojó”
Pedro
Calderón de la Barca. La vida es sueño.