viernes, 20 de octubre de 2017

LA GRANDEZA DE LA FAMILIA



Comenzamos fijándonos en célebre científico español: RAMÓN Y CAJAL.  Premio Nobel de Fisiología.

Cursó el bachillerato en el Instituto de Huesca. Mostró vocación por las artes plásticas, en especial por el dibujo. No le gustaba memorizar. Era un estudiante mediano. Y un buen día, intervino su padre. Le explicó la anatomía humana. Santiago Ramón y Cajal, quedó fascinado ante la intervención  de su padre y experimentó un gran cambio. De ahí, deducimos y podemos pensar, en la importancia que tiene la relación continua y sencilla con los hijos.

Gran parte de la  grandeza de la familia está en la educación de los hijos.
Tienen que ser educados en conocer qué es el bien y qué es el mal. Y atender a la formación de su carácter: fortaleza y voluntad. También,  Educación de la afectividad.
No podemos olvidar que el  carácter perfecciona la naturaleza humana.

Y la Escuela del carácter es la familia. Educar es una tarea apasionante. Invito a los padres a que se tomen este cometido como lo más importante de sus vidas. Los padres tienen en contra un mundo muy permisivo. Pero los padres que funcionan bien, transmiten categorías de gran valor para sus hijos. Nadie puede ejercer con los chicos una influencia tan intensa como la de  sus padres, porque no sólo les  aportan ideas y principios cuando educan, sino también, que todo eso lo hacen rodeado de un clima afectivo, cuestión que nadie puede hacer y ellos sí.

Los padres tienen que estar en primera línea en la educación de los hijos. Sobre tal cuestión no hay duda alguna. Todos de acuerdo. Pero tal concordancia tiene que ser real, activa y constructiva.

Algunas preocupaciones:
* El rendimiento académico de los hijos.
* Quiénes son sus amigos.
* El ambiente frívolo con el que se pueden encontrar, especialmente en los momentos de ocio.
* Alguna conducta problemática.
Pero los padres poseen una fuerza transformadora enorme.

Condiciones para educar:
* Que en la familia haya serenidad. Los problemas se resuelven mejor en un ambiente sereno.
* Relación estable entre los esposos y que goce de autenticidad, respeto, agrado y cariño. Es lo normal ya que se aman. Amor basado en el bien del otro. 
* Sin olvidar la doble empresa común: el crecimiento en el amor de los cónyuges y gran dedicación a la educación de los hijos.
* Excelente comunicación conyugal.
* Disponer de tiempo para la esposa/o y  para cada hijo. Para los hijos, tiempo para escuchar, para jugar, para hablar, para conocer sus amigos y sus preocupaciones y su vida escolar.
* Realizar un ejercicio maduro y justo de la autoridad.
Ante un proyecto tan apasionante, tendremos que continuar reflexionando en las próximas entradas.


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