Los chicos con dificultades de
atención-concentración, exclusión hecha de la hiperactividad y de las aptitudes
intelectuales inferiores, suelen presentar distracción como consecuencia de
algunas de las siguientes causas:
A. Inmadurez. Son chicos bastante infantiles que se distraen con
todo, su voluntad es muy débil. Es preciso trabajar con ellos para conseguir un
mayor grado de maduración intelectual. Para ello su tiempo de estudio debe
estar muy dirigido. El estudiante deberá informar diariamente con todo detalle
a la persona que está encargada de su control. Con esa persona acordará el plan
diario de trabajos: qué va a estudiar primero, cuánto tiempo; qué hará después.
Distribución para cada asignatura, etc.
Utilizar con ellos motivaciones
positivas: felicitarle porque hace cosas bien, etc. Para ello hay que examinar
qué metas proponerle con el fin de que se le pueda felicitar merecidamente.
El uso por parte de estos
muchachos de un cuaderno o agenda en el que anote todo lo que tiene que
estudiar o hacer para el día, o los días siguientes, es muy provechoso.
B. Trastorno de un neurotransmisor. Chicos con un índice de atención
extremadamente débil, sin hiperactividad. Son incapaces de concentrarse aun
trabajando directamente solos con un adulto.
El origen suele ser el tener
inmadura una pequeña zona del cerebro. En esa zona se segrega una determinada
sustancia química que es un neurotransmisor. Al faltar esa conexión, la
capacidad de atención está deteriorada. Normalmente este tipo de inmadurez se
produce cuando no se ha solicitado la atención del niño, en la edad en la que
le corresponde desarrollarse en la zona donde se segrega la sustancia que
conecta los núcleos nerviosos de la atención. Son periodos de la vida infantil
en los que el niño no hizo pequeños esfuerzos para fijar la atención.
En este caso el chico debe
visitar un neurólogo que normalmente suele indicar un tratamiento de vitaminas
que hacen la función de catecolominas y facilitan la atención estimulando al
organismo a segregarlas. No es necesario tomarlas mucho tiempo.
C. Pereza. Son chicos que no sufren un problema de atención real,
es propiamente la pereza el problema, y por ella presentan una actitud de
distracción muy frecuente: sin aplicarse a un objeto es naturalmente facilísimo
la dispersión.
Hacia una mejora de la concentración.
1. Atención visual.
a). Con un tablero de Parchís o
Ajedrez-Damas, y sus correspondientes fichas. Un alumno retira una ficha y
vuelve a colocarla en el mismo lugar; un segundo debe retirar la misma ficha y
una más, reponiendo las dos en el mismo lugar; el primero deberá recoger las
dos mismas fichas que tomó el segundo alumno, elegirá una tercera y las
repondrá en sus sitios; y así sucesivamente.
b). Presentar al alumno un grupo
de polígonos recortados en cartulina y ordenados de acuerdo con el criterio:
"menos lados que". Que los observe.
Se le retiran y entregan para que
los coloque en el mismo orden.
Cambiar el criterio para realizar
un ejercicio similar.
c). El adulto le enseñará 7 u 8
láminas de un libro en los que aparecen diversas acciones. Se le dice:
"fíjate en lo que hacen", y se continúa lámina, tras lámina.
Después el niño repetirá y dirá
que acciones vio.
2. Atención auditiva.
a). El profesor o los padres contarán una breve historia: dos
o tres personajes, y dos o tres acciones. El chico a continuación deberá
repetir la misma historia.
b). El profesor o los padres
dirán series de familias de palabras (6 ó 7 palabras). El estudiante deberá
repetir las mismas palabras a
continuación.
c). El profesor dirá una serie de
palabras relacionadas con un lugar (por ejemplo la playa: arena, bañador,
sombrilla, ola, flotadores, etc.). El alumno a continuación debe repetir las
mismas palabras.
d). El adulto pondrá 4 ó 5
objetos encima de la mesa y dirá tres palabras relacionadas con cada objeto.
(Ejemplo: colocado un teléfono, un cigarrillo, un bolígrafo y unas gafas dirá
las siguientes palabras: ruidoso, tóxico, pequeño, valioso, necesarias, etc,
etc.). A continuación el muchacho debe repetir las palabras que convengan a
cada objeto.
3. Atención y Gimnasia.
El chico disperso puede también
mejorar la capacidad de concentración,
realizando con constancia un método de gimnasia rítmica.
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