Enemigos importantes, que
dificultan el tener voluntad son los caprichos, hacer los primeros
deseos no bien pensados y planeados, cambiar de planes o actividad al menor
contratiempo. Conseguir las cosas muy fácilmente (niños caprichosos) es fatal,
porque no hay correlación entre la consecución de algo y el esfuerzo puesto.
Con muy poco esfuerzo - se pide y basta -, se obtiene lo que se quiere. La
persona enriquecida es la que tiene un buen grado de voluntad: el caprichoso,
en el fondo, no es dueño de su vida.
Otros enemigos son:
El
egocentrismo. Esa disposición, en
muchos casos fruto de los caprichos, a colocar los propios intereses por encima
de todo y a buscar anhelosamente que sean satisfechos.
La
superprotección. Que
pretende evitar incomodidades o enfrentamiento con el deber propio de la edad,
infantiliza al chico, le impiden realizar la operación educativa de superar
dificultades, se le despoja de la capacidad de superarse a sí mismo.
La desobediencia. En un estudio realizado por Lambert, encontró que
había una correlación muy alta entre los niños que sacaban buenas notas y los
que estaban acostumbrados a obedecer órdenes estrictas de sus padres, y a su
vez, los niños que sacaban malas notas tenían padres que no se preocupaban por
hacerse obedecer. Efectivamente, el niño
no acostumbrado a la obediencia, no sabrá equilibrar su comportamiento
para poder estar centrado en una tarea sin distraerse.
El ambiente desmotivador
es otro importante enemigo. Un ambiente flojo, desganado y superficial, es
desmotivador para el aprendizaje, la exigencia y el ejercicio de la voluntad.
El buen ambiente, por el contrario, arrastra, facilita la tarea. Un ambiente
escolar en el que continuamente el estudiante encuentre, competiciones,
premios, chicos que trabajan, logros propios, fomento de la capacidad de
observación partiendo desde la vertiente superficial y variable que
naturalmente tienen los alumnos, a una observación más profunda que descubra y
se fije en detalles y en las conexiones que hay entre las cosas y conceptos.
Este sí que es un ambiente que impulsa a la laboriosidad.
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