Conseguir una excelente educación; que el entorno en el que nos movemos lo reconozca, es un estupendo ideal. Naturalmente me estoy refiriendo a la educación de la persona que bien se sabe es algo más complejo y arduo que tener una buenísima instrucción, aunque esta desde luego no sobra, al contrario. Esa debería ser la meta de todo individuo que reconozca que debe responder generosamente a las capacidades que ha recibido, aunque conseguirlo suponga esfuerzos y superar caídas y tropiezos.
Algunas veces, les decía a algunos de mis alumnos: ¡Atrévete a estudiar!, o ¡Atrévete a mejorar tu conducta!
¡Atrévete a conseguir una educación ejemplar!, digo ahora.
Ha llegado el momento en el que se reconozca que el hombre solamente puede llegar a ser hombre por la educación. Educar apoyándonos en lo real. Y lo real no suele aparecer en las pantallas, no es lo que suele colgar en Facebook. La realidad virtual no puede sustituir a la realidad real.
Para tan gran empresa, solicito ayuda a los padres, para que ejerzan como padres, con vuestras limitaciones y errores, que hacerlo así, eso es educar. El sabio griego, Plutarco, nos dijo: "Nadie tiene en sus manos disponer cómo han de nacer los hijos, pero es facultad nuestra que se hagan buenos con una recta educación". Y por último, ofrezco un refrán portugués, que aclara mucho las cosas. Dice así: "Lo poco con Dios es mucho y lo mucho sin Dios es nada".
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